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LD (Europa Press) El gigante de la candidata socialista a la Alcaldía de Valencia, Carmen Alborch, los abanicos con su cara que se repartieron al público, la secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín, bailando al ritmo de tambores y la agrupación del PSPV de Oliva vendiendo, a tres euros, tangas del partido, fueron algunas de las notas de color del mitin, el segundo de la campaña del 27-M, que protagonizó el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Pabellón Fuente San Luis de Valencia.
 
Antes de que comenzara el acto –que congregó a unas 9.000 personas, según la organización–, una banda de música tocó por los alrededores del pabellón conocidas melodías como Paquito el chocolatero. Después, los músicos se desplazaron al interior del recinto para dar lugar, tras ellos, a la Saravanda, el grupo de percusionistas que ayer en Murcia y la víspera en Madrid ha acompañado los actos estrella del PSOE.
 
Bailando a los sones de sus tambores, se pudo ver muy animada a la alicantina Leire Pajín. Sin bailar, pero unos puestos más cerca se encontraba, repartiendo saludos, el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla.
 
Mientras, los responsables del merchandising repartieron pulseras y, a la grada situada detrás del atril de los oradores, la que luego se ve en las imágenes de televisión, les hicieron llegar abanicos con la cara de Carmen Alborch.
 
El cambio, igual que La Giganta
 
Su gigante, que junto a otros cabezudos de cartón piedra que representaban a políticos como Joan Lerma habían estado fuera del lugar donde se celebró el mitin amenizando la entrada, bailó entonces al ritmo de la Saravanda.
 
Zapatero hizo alusión a este muñeco de cartón piedra en su intervención cuando auguró que Alborch ganaría los comicios. "El cambio será igual que la giganta de Carmen Alborch", señaló el secretario general del PSOE.
 
Mientras, fuera, la agrupación del PSPV de Oliva vendía objetos. Entre los más llamativos, un tanga corporativo con las siglas del partido y el nombre de esta localidad, además de cucharas, despertadores o gorras.
 
Pero los más vendidos, según señalaron los responsables del stand: los abanicos, que se vendían a dos y tres euros, dado que el de este sábado ha sido un caluroso día de primavera en Valencia.

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