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La dinamita usada como prueba del 11-M y la de la mafia policial son del mismo lote

El abogado del ex minero asturiano ha hecho este jueves una sorprendente revelación, durante su alegato final a favor de Suárez Trashorras, en el Juicio del 11-M. Según Gerardo Turiel, la Goma 2-ECO incautada el pasado 15 de agosto a la mafia policial que simuló una entrega en Leganés, utilizando a un confidente, tiene la misma numeración de serie que la dinamita de Mina Conchita supuestamente utilizada en los atentados.

El abogado del ex minero asturiano ha hecho este jueves una sorprendente revelación, durante su alegato final a favor de Suárez Trashorras, en el Juicio del 11-M. Según Gerardo Turiel, la Goma 2-ECO incautada el pasado 15 de agosto a la mafia policial que simuló una entrega en Leganés, utilizando a un confidente, tiene la misma numeración de serie que la dinamita de Mina Conchita supuestamente utilizada en los atentados.
(Libertad Digital) El letrado Gerardo Turiel ha citado datos del Sumario de la mafia policial, instruido por el juez Juan del Olmo, que eran desconocidos hasta ahora y que, de confirmarse, abren inquietantes hipótesis sobre quién suministró las pruebas utilizadas en la investigación del 11-M.
 
Durante su extensa declaración, de más de tres horas, el abogado de Suárez Trashorras puso en duda que la dinamita empleada en la masacre fuera robada de Mina Conchita y recordó que la empresa Caolines de Merilles, a la que pertenece esta explotación, tiene un total de 17 minas.
 
Al respecto, aseguró que las acusaciones no han logrado demostrar "con certeza" que se extrajera del lugar en que trabajó Suárez Trashorras y destacó que "nadie ha probado aquí cuánta dinamita salió" de Mina Conchita.
 
En este contexto, Gerardo Turiel ha revelado que, "curiosamente", la Goma 2-ECO incautada el pasado 15 de agosto a la mafia policial que intentó simular una entrega en Leganés, por medio de un confidente, "tiene la misma numeración de serie" que los cartuchos que se encontraban en Mina Conchita.
 
Como se recordará, el 15 de agosto de 2006, un hombre fue detenido en Leganés –cerca del edificio donde supuestamente se suicidaron los miembros de la célula terrorista del 11-M– con cinco kilos de Goma 2-ECO. Se trató de Manuel Romero, un confidente de la Policía que había sido utilizado como correo para una falsa entrega de dinamita.
 
La investigación, instruida por el juez Juan del Olmo, topó con una mafia policial de tráfico de explosivos y droga, por la que fueron detenidos los policías José González Clares, alias El Moro, y Luis López Hidalgo.
 
Del Olmo aprovechó esta investigación para encarcelar a otros dos funcionarios que habían alertado al diario El Mundo de la existencia de la mafia, con el fin de impulsar la investigación y la depuración de responsabilidades, en el seno de la Brigada de Información. El juez les acusó de revelación de secretos.
 
En uno de los primeros Autos del caso, Del Olmo apuntó que la Goma 2-ECO incautada a la mafia policial "pudo sustraerse bien de la zona de Colmenar Viejo, en octubre de 2005, bien en la zona de Villacastín (Segovia), bien en la provincia de Barcelona".
 
El juez justificó el secreto de las actuaciones en "las contradicciones surgidas de las declaraciones y el resultado de los análisis de los datos telefónicos obtenidos", según la confusa explicación característica del farragoso estilo de Del Olmo al redactar sus escritos.
 
Lo que ahora ha revelado el letrado de Suárez Trashorras tiene la máxima relevancia, pues vincularía directamente a la dinamita incautada a esta mafia policial con la de Mina Conchita. Ambas pertenecen al mismo lote, según ha sostenido este jueves el abogado del minero asturiano.
 
"No se le puede condenar si da igual el explosivo utilizado"
 
El abogado de José Emilio Suárez Trashorras ha comenzado sus conclusiones del juicio del 11-M señalando que la Fiscalía había dicho una "cosa tremenda", en referencia al "da igual" del fiscal jefe Javier Zaragoza sobre los explosivos utilizados. Para el letrado, no se puede acusar a su defendido de la muerte de 192 personas si no se conoce el arma del crimen y ha subrayado que "a mí y a mi defendido no nos da igual".
 
Turiel recalcó que "a nosotros sí nos interesa saber qué explotó porque nos interesa saber qué tenemos que ver con eso", porque, según dijo, al no conocer la dinamita no se puede imputar a Trashorras las muertes causadas por las explosiones de los trenes, pues la Fiscalía le acusa de haber facilitado Goma 2 ECO, sustraída de Mina Conchita, a la célula que lideraba el suicida Jamal Ahmidan, "El Chino".
 
Además, criticó el actual sistema de instrucción de los procedimientos judiciales, que comparó con los "procesos inquisitivos", en el que el acusado no sabe ni siquiera la acusaciones que hay contra él, situación con la que dijo que se encontraron en algún momento en este proceso y deseó que esa manera de investigar las causas "algún día cambie de verdad". En este sentido, denunció que en la fase de instrucción se han vulnerado algunos derechos fundamentales de los procesados que han provocado indefensión en ellos y dijo: "Esto no es Guantánamo pero por este camino vamos".
 
También reprochó que se hayan aportado al proceso una serie de informes policiales que, en su opinión, se han pretendido convertir en periciales cuando no han sido elaborados por expertos. Consideró que en la actualidad se aplica lo que él calificó como "derecho penal de autor", que, según explicó, consiste en perseguir a un individuo por lo que es no por lo que haya hecho y, en este sentido, dijo: "menos mal que Suárez Trashorras no reza ni sabe árabe".

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