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Los investigadores del atentado de Líbano no encuentran el cable detonador y barajan que se activara a distancia

Los expertos militares españoles encargados de la investigación sobre el atentado que el pasado 24 de junio acabó con la vida de seis 'cascos azules' del Ejército español en Jiyam (Líbano) no han hallado por el momento restos de cable detonador en los análisis del material recopilado en la zona de la deflagración y estudian varias hipótesis centradas en sistemas de iniciación a distancia. Los responsables de la investigación libanesa dicen que poseen más de una fotografía de los autores del atentado, que pudieron ser "más de cuatro o cinco personas".

Los expertos militares españoles encargados de la investigación sobre el atentado que el pasado 24 de junio acabó con la vida de seis 'cascos azules' del Ejército español en Jiyam (Líbano) no han hallado por el momento restos de cable detonador en los análisis del material recopilado en la zona de la deflagración y estudian varias hipótesis centradas en sistemas de iniciación a distancia. Los responsables de la investigación libanesa dicen que poseen más de una fotografía de los autores del atentado, que pudieron ser "más de cuatro o cinco personas".
L D (EFE) Según los investigadores, que rechazaron dar más detalles sobre las fotografías, el atentado pudo ser perpetrado por "cuatro o cinco personas, tal y como se pensó en un principio". Asimismo, apuntaron que los terroristas podrían haber huido en un vehículo de "la marca Mercedes y de color gris".

Hasta el momento, varias personas han sido interrogadas, aunque "la mayoría fueron puestas en libertad porque no se ha encontrado ningún indicio contra ellas", agregaron los investigadores. Los seis soldados muertos formaban parte del contingente español desplegado en el sur del Líbano como parte de la FINUL.
 
Mientras, los expertos españoles no han descartado ninguna hipótesis en lo que se refiere al mecanismo de activación del artefacto explosivo pero, cinco días después de los hechos, no han encontrado rastro de cable que pudiera haber actuado como vía de detonación del coche bomba. Según los primeros análisis realizados por la Fuerza Interina de Naciones Unidas (FINUL), el coche bomba, una furgoneta marca Renault, fue cargado con unos 50 kilos de explosivo plástico militar C4, cinco veces más potente que la dinamita.
 
La investigación abierta por el Ministerio de Defensa español se desarrolla por una doble vía en paralelo. Por un lado, continúan las pesquisas y los análisis en Líbano por parte del contingente español en coordinación con las autoridades libanesas y con Naciones Unidas. Mientras, en Madrid, un equipo de expertos en criminalística de la Guardia Civil continúa analizando en sus laboratorios las muestras de materiales recogidas en la carretera en la que explotó el coche bomba que acabó con la vida de los 'seis cascos' azules destrozando su vehículo blindado y desplazándolo a quince metros de distancia.
 
Los expertos no han descartado hoy por hoy ningún mecanismo de activación a distancia ni han hallado pruebas determinantes que apunten al uso de uno en concreto. Según otras fuentes militares consultadas por Europa Press, los investigadores han llegado a sopesar la posibilidad de que el coche bomba hubiera sido accionado mediante un sistema de infrarrojos, ante el que un inhibidor de frecuencia no habría sido efectivo.

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