L D (EFE) Tras el primer rezo del alba de los musulmanes, una nube de humo cubrió la Mezquita Roja, situada en el centro de la capital, y empezaron a oírse disparos y varias explosiones esporádicas. Se rompía así el breve alto el fuego firmado el pasado martes cuando se registraron los primeros enfrentamientos entre estudiantes radicales y el Ejército.
Ante esta situación, el Gobierno del general Musharraf llamó de nuevo a los islamistas atrincherados en la mezquita a rendirse, algo que ya hicieron el miércoles varios centenares de ellos.
Las autoridades prohibieron a los periodistas el acceso a la zona, donde han sido enviados nuevos contingentes de las fuerzas paquistaníes.
Al menos catorce personas han muerto desde el martes, cuando se abrieron los combates después de que los islamistas de la Mezquita Roja empezaran una campaña para forzar la implantación de la Sharia o Ley Islámica.
Este jueves, en una entrevista con la cadena estatal, el clérigo Abdul Aziz –detenido cuando intentaba escapar oculto en una burka–, pidió a sus seguidores que se rindiesen y se entregaran a las fuerzas de seguridad.
Horas después, Aziz compareció ante un tribunal antiterrorista en Islamabad y quedó bajo custodia policial durante siete días, informó una fuente oficial. En abril, el "maulana" de la Mezquita Roja amenazó con atentados suicidas por todo el país si el Gobierno no imponía la Sharia, además de crear un tribunal paralelo al estilo Talibán encargado de su observancia. Aziz llegó a afirmar que contaba con 10.000 hombres dispuestos al "martirio" en nombre de la "yihad" o guerra santa
El jefe de la célula de gestión de crisis, Javed Iqbal Cheema, advirtió de que el Gobierno paquistaní asaltará la mezquita y la escuela coránica adyacente, la Jamia Hafsa, si los integristas islámicos no deponen las armas.
El jefe de la célula de gestión de crisis, Javed Iqbal Cheema, advirtió de que el Gobierno paquistaní asaltará la mezquita y la escuela coránica adyacente, la Jamia Hafsa, si los integristas islámicos no deponen las armas.