Cabe recordar que el despliegue militar en torno a la mezquita radical tuvo lugar cinco días después de que los estudiantes de las escuelas coránicas adyacentes secuestraran durante unas horas a seis ciudadanos chinos, a los que acusaron de "actos contra el Islam", por, supuestamente, gestionar un burdel.
Tribunal Supremo
El presidente en funciones de la Corte, Rana Bhagwandas, nombró a dos jueces para investigar los planes para asaltar la mezquita por parte de las fuerzas de seguridad que tienen orden de evitar una incursión masiva que cause un baño de sangre.
Uno de los jueces Nawaz Abbasi aseguró que los sufrimientos causados a los residentes de las áreas cercanas a la mezquita, principalmente debidos al toque de queda, violan la Constitución del país.
La intervención del Tribunal se produce justo cuando las fuerzas de seguridad habían lanzado una última advertencia a los insurgentes del interior del templo para que eligieran entre "rendirse o morir".
En las últimas horas, el presidente, Pervez Musharraf, ha dado otra oportunidad al diálogo, al enviar al líder del partido gubernamental, Chaudhry Shujaat Hussein, para entablar negociaciones con los radicales del templo.
Tras largas deliberaciones con su Gabinete, Musharraf autorizó a Hussein y una delegación de ulemas (autoridades del Islam) para persuadir a los radicales de que se rindan.
El Presidente declaró que habría que convencer a los rebeldes para abandonar las armas mediante el diálogo, como sugieren los padres de muchos niños que permanecen como rehenes en el interior del centro religioso.