L D (EFE) Laudrup aportará al Getafe, en esta ocasión desde el banquillo, la elegancia que siempre ofreció cuando fue futbolista y que no ha perdido como entrenador, trabajo que ha desarrollado con mucha clase en el equipo de toda su vida, el Brondby. Precisamente, fue este club en el que comenzó su carrera deportiva en 1979 y el que le ha visto cerca del césped por última vez, en 2007. Desde que dio su primera patada a un balón como profesional, hasta el último día que dirigió un partido del equipo que le dio su primera oportunidad, casi 30 años después, Laudrup siempre ha sido un caballero y un hombre admirado en su país.
Nacido en Fredriksen -un pueblo cercano a Copenhague- el 15 de junio de 1964, Michael Laudrup fue elegido por la Federación Danesa de Fútbol (DBU), el mejor futbolista danés de la historia. Así premiaron en 2006 una trayectoria que comenzó a finales de los 70 en el Broendby, donde jugó una temporada antes de fichar por el Copenhague de su país. Tras regresar a su primer equipo, donde estuvo otros dos años, en 1983 fichó por el Lazio italiano.
Por entonces, el joven Michael Laudrup ya asombraba con su selección, donde debutó en un partido oficial en 1982, el día que cumplió 18 años. Pero siguiendo sus huellas, en 1985 fue una de las grandes apuestas del Juventus de Turín, donde estuvo cuatro años antes de fichar por el Barcelona. Pese a estar acompañado por grandes estrellas de la época, como el francés Michel Platini, el polaco Zbigniew Boniek o el italiano Paolo Rossi, Laudrup no terminó de explotar. Fue el entrenador del Barcelona, Johan Cruyff, quien en 1989 supo sacar lo mejor de él. Los seis años que pasó en el club azulgrana fueron los mejores de su carrera como jugador. Ganó cuatro ligas y una Copa de Europa.
Pero todo se acabó el día que pudo ganar su segundo gran trofeo continental, ante el Milan en 1994. Sólo podían jugar tres extranjeros y él fue el elegido para ocupar el banquillo en la final. La relación con Cruyff se enfrió y en 1994 fichó por el Real Madrid. En el conjunto blanco ofreció sus últimos coletazos como futbolista. El público del Santiago Bernabéu pudo disfrutar de un centrocampista que en su país era apodado como 'Enjoylaudrup' -disfruta de Laudrup-. Su magia y sus pases imposibles mirando al tendido siempre son recordados en el estadio madridista, donde ganó su quinta Liga española. A esos cinco trofeos nacionales, hay que añadir una Copa del Rey, dos Supercopas de España, un 'Scudetto' y una Copa Intercontinental con el Juventus en 1985, una liga danesa con el Brondby en 1981 y una liga holandesa con el Ajax, club en el que se retiró en 1998.
Aquel año, el fútbol despidió a uno de los jugadores más elegantes de la historia. Sin embargo, Laudrup volvió a saborear el delicioso olor del césped en el año 2000, cuando se convirtió en el ayudante del seleccionador danés Morten Olsen. Durante dos años, aprendió todas las lecciones de su maestro y, en 2003, dio el salto hacia un banquillo. Durante cuatro años dirigió al Broendby, donde consiguió una liga y dos copas.
Ahora, Michael Laudrup regresa a España, el país que vio su mejor fútbol, pero que también le hizo pasar uno de sus peores tragos como jugador. En el Mundial de México 86, la mejor generación de futbolistas daneses fue eliminada en octavos de final por culpa de cuatro goles de Emilio Butragueño. Pero todo lo que España le quitó, también se lo dio. Más de una década después de abandonar el país donde triunfó, éste le vuelve a recibir como lo que fue: un hombre elegante dentro y fuera del campo. Amante del buen fútbol, Michael Laudrup, el centrocampista que enamoró a España con su juego, intentará que la afición del Getafe caiga rendida a sus pies.
Nacido en Fredriksen -un pueblo cercano a Copenhague- el 15 de junio de 1964, Michael Laudrup fue elegido por la Federación Danesa de Fútbol (DBU), el mejor futbolista danés de la historia. Así premiaron en 2006 una trayectoria que comenzó a finales de los 70 en el Broendby, donde jugó una temporada antes de fichar por el Copenhague de su país. Tras regresar a su primer equipo, donde estuvo otros dos años, en 1983 fichó por el Lazio italiano.
Por entonces, el joven Michael Laudrup ya asombraba con su selección, donde debutó en un partido oficial en 1982, el día que cumplió 18 años. Pero siguiendo sus huellas, en 1985 fue una de las grandes apuestas del Juventus de Turín, donde estuvo cuatro años antes de fichar por el Barcelona. Pese a estar acompañado por grandes estrellas de la época, como el francés Michel Platini, el polaco Zbigniew Boniek o el italiano Paolo Rossi, Laudrup no terminó de explotar. Fue el entrenador del Barcelona, Johan Cruyff, quien en 1989 supo sacar lo mejor de él. Los seis años que pasó en el club azulgrana fueron los mejores de su carrera como jugador. Ganó cuatro ligas y una Copa de Europa.
Pero todo se acabó el día que pudo ganar su segundo gran trofeo continental, ante el Milan en 1994. Sólo podían jugar tres extranjeros y él fue el elegido para ocupar el banquillo en la final. La relación con Cruyff se enfrió y en 1994 fichó por el Real Madrid. En el conjunto blanco ofreció sus últimos coletazos como futbolista. El público del Santiago Bernabéu pudo disfrutar de un centrocampista que en su país era apodado como 'Enjoylaudrup' -disfruta de Laudrup-. Su magia y sus pases imposibles mirando al tendido siempre son recordados en el estadio madridista, donde ganó su quinta Liga española. A esos cinco trofeos nacionales, hay que añadir una Copa del Rey, dos Supercopas de España, un 'Scudetto' y una Copa Intercontinental con el Juventus en 1985, una liga danesa con el Brondby en 1981 y una liga holandesa con el Ajax, club en el que se retiró en 1998.
Aquel año, el fútbol despidió a uno de los jugadores más elegantes de la historia. Sin embargo, Laudrup volvió a saborear el delicioso olor del césped en el año 2000, cuando se convirtió en el ayudante del seleccionador danés Morten Olsen. Durante dos años, aprendió todas las lecciones de su maestro y, en 2003, dio el salto hacia un banquillo. Durante cuatro años dirigió al Broendby, donde consiguió una liga y dos copas.
Ahora, Michael Laudrup regresa a España, el país que vio su mejor fútbol, pero que también le hizo pasar uno de sus peores tragos como jugador. En el Mundial de México 86, la mejor generación de futbolistas daneses fue eliminada en octavos de final por culpa de cuatro goles de Emilio Butragueño. Pero todo lo que España le quitó, también se lo dio. Más de una década después de abandonar el país donde triunfó, éste le vuelve a recibir como lo que fue: un hombre elegante dentro y fuera del campo. Amante del buen fútbol, Michael Laudrup, el centrocampista que enamoró a España con su juego, intentará que la afición del Getafe caiga rendida a sus pies.