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Ana Botella: "La dignidad de la mujer no puede ser un privilegio de Occidente"


La dignidad de las mujeres ha irrumpido como tema de análisis en el curso sobre Demografía e Inmigración. Un testimonio lleno de crudeza sobre la práctica de la mutilación genital en países musulmanes de África, por la activista Khady Koita, ha enmarcado otras reflexiones de Ana Botella, concejal del Ayuntamiento de Madrid, y G. Mandalla, secretaria de Estado del Gobierno belga. Para la edil madrileña del PP, la causa de la libertad de la mujer exige hoy un “posicionamiento claro” desde las sociedades occidentales a favor de las mujeres esclavizadas en todo el mundo. “La dignidad no puede ser un privilegio de unas pocas”, ha señalado. SIGA AQUÍ nuestro Blog en Vivo desde el Campus FAES.

La dignidad de las mujeres ha irrumpido como tema de análisis en el curso sobre Demografía e Inmigración. Un testimonio lleno de crudeza sobre la práctica de la mutilación genital en países musulmanes de África, por la activista Khady Koita, ha enmarcado otras reflexiones de Ana Botella, concejal del Ayuntamiento de Madrid, y G. Mandalla, secretaria de Estado del Gobierno belga. Para la edil madrileña del PP, la causa de la libertad de la mujer exige hoy un “posicionamiento claro” desde las sociedades occidentales a favor de las mujeres esclavizadas en todo el mundo. “La dignidad no puede ser un privilegio de unas pocas”, ha señalado. SIGA AQUÍ nuestro Blog en Vivo desde el Campus FAES.
LD (Víctor Gago, enviado especial, Navacerrada, Madrid) El compromiso por la libertad y la dignidad de la mujer debe ser universal. Las sociedades libres están moralmente obligadas a “pronunciarse con claridad” a favor de las mujeres “en todo el mundo, y no solo por los derechos de las mujeres occidentales”.
 
Estas ideas resumen la contribución de la concejal de Política Social de Madrid al debate sobre la mujer en el marco del curso sobre Demografía e Inmigración con el que se cerrará este domingo la edición de 2007 del Campus FAES.
 
Para Ana Botella, es necesario que las sociedades occidentales “seamos más conscientes del verdadero valor de los derechos y libertades que hemos conseguido, muy recientemente, por cierto. A las mujeres nos ha costado mucho y nos sigue costando todos los días de nuestra vida, y por eso debemos defenderlos con igual dedicación para las mujeres de todo el planeta”.
 
Se trata de una refutación radical del enfoque feminista de la izquierda, con su doble moral sobre la violación de la dignidad de las mujeres, según se inflija en el interior de las democracias occidentales o en países con regímenes tiránicos o teocráticos.
 
“Las mujeres que sufren la violación de sus derechos en nombre de su religión o nacionalidad deben verse apoyadas por un posicionamiento claro de las sociedades occidentales.  Sin embargo, parece haberse instalado en la sociedad europea, cierto o mucho relativismo cultural, incapaz de distinguir las legítimas diferencias culturales de las rechazables diferencias morales”, ha denunciado Ana Botella.
 

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