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De Juana se queda sin otro de sus privilegios: retirada la prisión atenuada

Las razones humanitarias que esgrimió el Gobierno durante la negociación con ETA para justificar los privilegios del sanguinario De Juana ya no cuentan. Tal y como había propuesto la Junta de Tratamiento de la cárcel de Aranjuez en la que cumple condena, Instituciones Penitenciarias ha decidido retirarle la prisión atenuada. Tras la ruptura oficial de la falsa tregua de ETA vino su ingreso en prisión, justo cuando estaba a punto de quedar en libertad. Ahora vuelve a ser un preso en segundo grado.

L D (Europa Press) Lo que ha hecho la Dirección General de Instituciones Penitenciarias es ratificar la propuesta acordada este jueves por la Junta de Tratamiento de la cárcel de Madrid VI-Aranjuez. De esta forma, retira la aplicación del artículo 100.2, de prisión atenuada, al etarra Ignacio de Juana Chaos. El departamento que dirige Mercedes Gallizo ha dado también el visto bueno a que el asesino de 25 personas continúe clasificado en segundo grado.
 
El plazo máximo para la revisión de los grados penitenciarios es de seis meses, que en el caso de De Juana Chaos cumplían en este inicio del mes de agosto. Por eso los profesionales de la prisión de Aranjuez se reunieron en la mañana de este jueves y acordaron que no se dan las circunstancias para la aplicación del 100.2, que permite "un programa específico de tratamiento", porque el estado de salud del etarra ha mejorado. Acordaron que aunque persisten algunas secuelas de los dos largos periodos en huelga de hambre, éstas pueden ser tratadas en el centro penitenciario de Madrid en el que ahora cumple condena.  
 
Este es otro de los privilegios que el terrorista pierde después del comunicado etarra de principios de junio con el que la banda anunciaba que seguirá matando. Ese comunicado se hizo público el 5 de junio. Sólo un día después, una ambulancia medicalizada trasladó a De Juana desde el hospital donostiarra en elq ue estaba ingresado a la cárcel de Aranjuez. Desde entonces cumple allí la pena de tres años de prisión a la que fue condenado por un delito de amenazas tras la revisión que hizo el Tribunal Supremo de la sentencia de la Audiencia Nacional. Esos tres años se cumplirán en agosto de 2008, pero antes se volverá a revisar su grado, no más allá de principios de febrero.  
 

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