(Libertad Digital) Coincidiendo con el primer aniversario de la entrada en vigor del Estatuto, el presidente de la Generalidad firma este jueves un artículo en El Periódico de Cataluña. Reaparece así, en forma epistolar, para pasar de puntillas por el caos que vive Cataluña. La conclusión del texto es que "los problemas de hoy son consecuencia de años de abandono en las inversiones en Cataluña". La solución que propone no es otra que más Estatuto pese a que la realidad ha demostrado que lo que le preocupa a los catalanes no es cómo se define a la comunidad o si Carod Rovira se reúne con Moratinos como si fuera un "ministro de exteriores". Consciente de esto, Montilla llama a "combatir el desencanto" cuando se cumple un año de la entrada en vigor del texto estatutario.
"Los problemas que hoy debemos afrontar no los provocan únicamente episodios fortuitos fruto del azar, sino que son la consecuencia de años de abandono en la inversión y el mantenimiento de algunos servicios básicos de nuestro país", asegura Montilla en el artículo que firma en El Periódico.
Y aprovecha el caos del que se ha desentendido para hacer presentar al Estatuto como la panacea que todo resolverá y para hacer nuevas reclamaciones al Gobierno central. Sostiene que el nuevo Estatuto "constituye una respuesta estructural a estos problemas que permitirá reducir los equilibrios actuales en competencias, financiación en infraestructuras, para evitar situaciones análogas en el futuro".
El dirigente catalán defiende el texto argumentando que "era necesario aumentar la capacidad de autogobierno y mejorar la financiación para poder afrontar las deficiencias y los retos que acechaban a Cataluña desde hace mucho tiempo". Sólo hay una mínima autocrítica: "Nadie dijo que con el nuevo Estatut todo iba a ser fácil, ni que los problemas se resolverían de hoy para mañana, pero sin Estatut las cosas no se hubieran resuelto antes ni hubieran sido más fáciles, ni siquiera posibles muchas de ellas", advierte el artículo.
"Por ello hoy, un año después de haber entrado en vigor (el Estatuto), hay que combatir el desencanto. Debemos estar convencidos de que los hechos —algunos de ellos concretados en forma de problemas que afectan a miles de ciudadanos— no hacen más que avalar la necesidad y oportunidad de lo que se reclamaba".