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El Gobierno dice ahora que "no quiso prejuzgar" ninguna posición en el Sahara

Mientras las negociaciones entre Marruecos y el Frente Polisario respecto al futuro del Sahara Occidental se reabren con más pesimismo que euforia debido a la escasa predisposición del sector marroquí a aceptar un referéndum popular; el Gobierno español asegura ahora que no "quiso prejuzgar" ninguna posición concreta en la cuestión saharauí, pero al mismo tiempo reconoce que se abogó por la postura marroquí por encontrarla "interesante". Fue el presidente socialista quien durante la VIII Cumbre hispano-marroquí en marzo, bendijo el plan de autonomía como "buena oportunidad".

Mientras las negociaciones entre Marruecos y el Frente Polisario respecto al futuro del Sahara Occidental se reabren con más pesimismo que euforia debido a la escasa predisposición del sector marroquí a aceptar un referéndum popular; el Gobierno español asegura ahora que no "quiso prejuzgar" ninguna posición concreta en la cuestión saharauí, pero al mismo tiempo reconoce que se abogó por la postura marroquí por encontrarla "interesante". Fue el presidente socialista quien durante la VIII Cumbre hispano-marroquí en marzo, bendijo el plan de autonomía como "buena oportunidad".
LD (Agencias) El 'número dos' del ministro Moratinos, Bernardino León recuperó el doble lenguaje del Gobierno actual respecto al conflicto del Sahara Occidental al agrupar en una misma declaración dos posiciones contrarias. El secretario de Estado de Asuntos Exteriores aseguró que España "no ha querido prejuzgar ninguna posición", pero acto seguido reconoció que se había abogado por el plan de autonomía marroquí porque se  "era interesante". En su opinión,  "demostraba una voluntad de avanzar en la búsqueda de soluciones". Dicho esto, más tarde, León calificó de "extremas" las posiciones de ambos bandos.
 
Con todo, la polémica sobre el giro diplomático dado por el Gobierno socialista al conflicto del Sahara Occidental surgió a raíz de la visita del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, a Marruecos los días 5 y 6 de marzo, con motivo VIII cumbre hispano-marroquí. En ella, Rodríguez Zapatero se alineó con el rey Mohamed VI y apostó por el plan de autonomía como una solución "buena" al contencioso que se viene arrastrando desde hace más de 30 años. Lo que se entendió como una ruptura con el principio de neutralidad activa que había regido la diplomacia tradicional española en esta cuestión para pasar a apoyar a una de las partes. Una postura que atrajo el consecuente enojo del Frente Polisario, máxime cuando el partido gubernamental, el PSOE, era considerado como uno de sus tradicionales aliados.
 
Con estos mimbres y justo el día en el que se reabren las negociaciones entre ambas delegaciones en Manhasset (Nueva York), Bernardino León instó a los dos sectores a moverse con  "con una visión de flexibilidad" y en un clima de "confianza", según informa Europa Press.
 
En el marco de la clausura de los cursos de verano que la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), el secretario de Estado se mostró "contrario a prejuzgar fórmulas" y consideró que "entre ambas posiciones extremas, pueden caber muchas ideas".
 
León sostuvo que si hay confianza "el proceso va a robustecerse y a desarrollarse durante un tiempo medio que desemboque en una dinámica de solución", aunque admitió que "todavía es pronto para saber" si esto es lo que va a ocurrir.
 
Aseguró que España está siguiendo "con el máximo interés el proceso" y está en contacto permanente con las partes. También manifestó su deseo de que esta segunda ronda de negociaciones en Manhasset que se prolongará hasta el sábado "sirva para seguir adelante e ir marcando los pasos que las partes quieren dar en el futuro para encontrar una fórmula".
 
Preguntado por el claro respaldo de Estados Unidos al plan de autonomía marroquí, señaló que "cada uno ha decidido pronunciarse de una manera diferente" y recordó que EEUU es "un país muy importante en este asunto y uno de los miembros del Grupo de Amigos del Sahara Occidental junto a Francia, el Reino Unido, Rusia y España".
 
En este sentido, subrayó que, "si lo que cualquier voz autorizada de la comunidad internacional pueda decir sobre el contencioso del Sahara es importante, aún más lo será si forma parte del grupo de amigos". "Pero es evidente -concluyó- que esto es una negociación entre dos partes y de ahí es de donde tiene que salir el resultado".

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