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Cuatro año de tensiones no disimuladas

Desde que Imaz resultó elegido presidente del PNV en el proceso interno que le enfrentó con Joseba Egibar, la tensión entre los dos sectores ha estado constantemente en sus respectivos discursos. Ambos dirigentes han marcado líneas claramente divergentes, ya que, mientras Imaz ha incidido en la búsqueda de acuerdos con los partidos no nacionalistas y en conceptos como la cosoberanía, Egibar ha situado el reconocimiento del País Vasco como nación y el derecho de autodeterminación en el vértice superior de su argumentario político.

Desde que Imaz resultó elegido presidente del PNV en el proceso interno que le enfrentó con Joseba Egibar, la tensión entre los dos sectores ha estado constantemente en sus respectivos discursos. Ambos dirigentes han marcado líneas claramente divergentes, ya que, mientras Imaz ha incidido en la búsqueda de acuerdos con los partidos no nacionalistas y en conceptos como la cosoberanía, Egibar ha situado el reconocimiento del País Vasco como nación y el derecho de autodeterminación en el vértice superior de su argumentario político.
L D (EFE) La desunión del partido, reconocida abiertamente por Imaz el pasado 31 de agosto en el tradicional mitin de Zarautz (Guipúzcoa), ha sido sin embargo negada reiteradamente por el PNV, aunque no disimulada, como demuestra el hecho de que actos simbólicos como la celebración del aniversario del partido, que se celebra el 31 de julio, se han conmemorado por separado en los últimos años, uno en Bilbao con Imaz como protagonista, y otro en Mutriku con discurso de Egibar.

Esta duplicidad de discursos en un mismo día resultó especialmente llamativa el 31 de julio de 2005, cuando Imaz planteó una fórmula de soberanía compartida con España, Francia y Europa y Egibar replicó esa misma mañana que no era posible un escenario de cosoberanía si una de las partes "no es soberana".

Ni siquiera la aprobación por unanimidad de toda la Ejecutiva del PNV, incluido Egibar, en octubre de ese mismo año, de un documento sobre pacificación y normalización, que pareció cerrar filas en torno a un discurso único, ha logrado neutralizar la diferencias en el seno del partido.

Así, otra cuestión de fondo, la consulta popular que el lehendakari Juan José Ibarretxe pretende plantear a los ciudadanos vascos, ha sido motivo de discrepancia entre ambos sectores este verano.

Un mes después de que Ibarretxe insistiera en su idea de celebrar una consulta popular esta legislatura, el presidente del PNV publicó, el pasado 15 de julio, un artículo de prensa en el que sostuvo que una consulta ciudadana "planteada como un escenario de acumulación de fuerzas para una confrontación política es muy discutible y, desde luego, contraria a la posición del PNV".

Egibar, por el contrario, consideró días después que la consulta podría ser positiva para "desbloquear" la situación política y esta misma semana ha insistido en que durante esta legislatura se planteará un refrendo a los ciudadanos.

Además de las diferencias de discurso, durante estos cuatro años se han dado decisiones y acontecimientos que han elevado aún más la tensión entre los dos sectores del PNV, con Guipúzcoa como escenario principal.

La decisión de la dirección del partido en Guipúzcoa, liderada por Egibar, de sustituir a Joxe Joan González de Txabarri por Jon Jauregi como candidato a diputado general de esta provincia, fue interpretada por el grupo afín a Imaz como un ajuste de cuentas políticas por el apoyo público que el ex mandatario foral brindó al presidente del PNV en el proceso electoral interno.

La carrera como candidato de Jauregi se vio truncada por la filtración de datos sobre su patrimonio y sobre su situación fiscal, que el Gipuzko Buru Batzar (GBB) y el propio afectado atribuyeron a personas del propio partido, que dirigía entonces la Hacienda Foral de Guipúzcoa.

El ex presidente del partido, Xabier Arzalluz, no ha contribuido a calmar los ánimos en el PNV, al efectuar frecuentes declaraciones en una tertulia radiofónica en la que ha criticado abiertamente a Imaz y ha llegado a reconocer que en su formación estaban "todas las navajas levantadas".

Los dos sectores del PNV han efectuado en las últimas semanas llamamientos a la unidad y han logrado acordar los términos de la ponencia política que marcará su estrategia en los últimos cuatro años, en un intento de cerrar las heridas que, cuatro años más tarde de la sucesión de Xabier Arzalluz, aún siguen abiertas.

No obstante, ese acuerdo en la ponencia política y la renuncia de hoy de Imaz apunta a que en el actual proceso congresual, que culminará con la Asamblea General del 1 y 2 de diciembre, podría haber un único candidato a la presidencia del partido, ya que Imaz dijo públicamente que lo prioritario era la unidad, y no la persona que esté "al timón de la nave", y Egibar ha subrayado que lo importante es la ponencia política, y no quién dirija el partido.

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