L D (EFE) Rusia acumula diez años sin podios y ahora puede reunirse de nuevo con las medallas. Desde el bronce en el Europeo de Barcelona'97, el último que organizó la Federación Española de Baloncesto, no había tocado ningún metal. Francia venía de ganar el tercer puesto en Serbia 2005, a costa de España, y ahora deberá luchar por un puesto en el torneo de clasificación para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, el próximo junio.
Lo previsto era que los rusos, que sólo habían cedido una derrota en todo el torneo, frente a la selección española, controlasen la eliminatoria sin demasiados problemas. Pero las pizarras de David Blatt y de Claude Bergeaud gestaron un partido muy táctico, orientado a contener a los dos puntales del rival: el ala-pívot de los Utah Jazz Andrei Kirilenko y el base de los San Antonio Spurs Tony Parker. Parker sobresalió en el arranque, justo el tiempo que Rusia tardó en ajustar los movimientos defensivos que había preparado Blatt para reducirle. Bergeaud también había concebido un sistema para amarrar a Kirilenko y, al mismo tiempo, al ruso-estadounidense John Robert Holden.
A los dos técnicos les pareció adecuado el mismo formato defensivo: la zona 1-3-1. Rusia y Francia aplicaron esa zona durante muchos minutos para atar a los estiletes ofensivos contrarios. Lo lograron, pero eso abrió la cancha a otros jugadores. Salvo un 0-7 para Francia al final del segundo periodo que estiró el marcador hasta una diferencia de seis puntos (34-40) y un 5-0 desde el bando ex soviético posterior (39-42), la primera eliminatoria del Europeo se desarrolló en medio de la igualdad más absoluta.
Jugadores supuestamente enmarcados en papeles secundarios cargaron con el peso del choque ante las dificultades de las grandes estrellas con sello NBA. Nikita Morgunov culminó otra gran actuación, del mismo modo que Boris Diaw, un jugador de la liga estadounidense de menor popularidad que sus famosos compañeros, igual que el alero de los Chicago Bulls Victor Khryapa, que actuó de contrapunto al jugador de los Phoenix Suns. La distribución del protagonismo ofensivo dio pie a un choque muy interesante desde el punto de vista táctico, cargado de conceptos estratégicos y opciones para las iniciativas individuales. Cada balón, cada posesión en un choque tan marcadamente influenciado por los principios técnicos requería valentía para adoptar decisiones personales.
Pero la clave de la pujanza gala radicó en el rebote. En treinta minutos (53-56), Francia había capturado once rechaces más que los ex soviéticos. Y, lo más valioso, nueve de esos balones cayeron en manos de los jugadores franceses dentro de la zona rusa. Morgunov y Khryapa bombearon sangre al corazón de Rusia en una demostración de calidad. Holden apenas apareció ante el aro galo, pero cuando lo hizo aportó cestas vitales. El triple y la penetración que el base nacionalizado transformó a 5:44 de la bocina fueron una de ellas: 62-61.
Holden y Petr Samoylenko dieron forma a un 7-0 vivificante para el equipo de David Blatt, que previamente había suturado la herida sangrante del rebote ofensivo galo. Y encima, Holden entendió que el la clasificación para semifinales ofrecía la ocasión perfecta para justificar su nacionalización y su presencia en el equipo heredero de la antigua Unión Soviética. Aparte de posibilitar el 7-0 que paró la marcha de Francia en el trance más duro de su selección, reapareció en los 6,25 metros para apuntalar la candidatura rusa para las semifinales. Parker no podía ignorar la brillantez de su par. Y es el jugador más valioso de la última final NBA. El jugador que soltó la muñeca desde el triple para devolverle la esperanza a la selección gala (69-69 m.39).
Rusia acusó el golpe y Morgunov cometió falta de ataque en el siguiente ataque. La posesión que ganó Francia en esa acción escondía media semifinal. Sin embargo, los rusos apretaron las piernas y Tariq Kirksay tuvo que lanzar a dos segundos para el final de la posesión descolocado y con un hombre encima. El 69-69 permanecía intacto a 23:27 segundos de la bocina. Florent Pietrus, con buen criterio, cometió falta rápidamente, pero sobre Holden, que clavó los dos libres (71-69). Rusia también optó por hacer personal. La diferencia es que Diaw falló sus dos intentos. Restaba once segundos y los galos cometieron otra falta, por medio del propio Diaw. Y sobre otro gran tirador, Zakhar Pashutin, que también falló los dos lanzamientos.
Al fin Parker logró ser objeto de la personal rusa. El base de San Antonio metió el primero y mandó el segundo, el del empate, al hierro (71-70). Rusia estaba a siete segundos de las semifinales. Esta vez, Pashutin hizo diana por duplicado (73-70). Francia sacó de fondo y la selección rusa cometió otra personal sobre Parker. Era de lógica táctica. El MVP de las finales NBA transformó el primero y tiró el segundo a fallar en busca de un rebote salvador. El rebote cayó en manos rusas, así que la selección que ganó el bronce en el 2005 se marcha a jugar la fase del quinto al octavo y todavía debe ganarse el derecho a jugar el pre-olímpico del próximo julio para ir a Pekin 2008.
Ficha técnica del partido
Rusia, 75 (21+18+16+22): Holden (15), Samoylenko (6), Khryapa (16), Kirilenko (6), Savrasenko (4) -cinco inicial-, Pashutin (11), Morgunov (14), Padius (1) y Monia (2)
Francia, 71 (23+19+14+15): Gomis (5), Parker (15), Diaw (17), Pietrus (8), Weis (2) -cinco inicial-, Diawara (5), Turiaf (8), Kirksay (8), Ferchaud (3) y Badiane (-)
Árbitros: Zavlanos (Grecia), Belosevic (Serbia) y Ziemblicki (Polonia). Excluyeron por personales a Kirilenko (m.37)
Incidencias: Partido correspondiente a las eliminatorias de cuartos de final del Eurobasket 2007 disputado en el Palacio de los Deportes de Madrid ante unos 6.000 espectadores
Lo previsto era que los rusos, que sólo habían cedido una derrota en todo el torneo, frente a la selección española, controlasen la eliminatoria sin demasiados problemas. Pero las pizarras de David Blatt y de Claude Bergeaud gestaron un partido muy táctico, orientado a contener a los dos puntales del rival: el ala-pívot de los Utah Jazz Andrei Kirilenko y el base de los San Antonio Spurs Tony Parker. Parker sobresalió en el arranque, justo el tiempo que Rusia tardó en ajustar los movimientos defensivos que había preparado Blatt para reducirle. Bergeaud también había concebido un sistema para amarrar a Kirilenko y, al mismo tiempo, al ruso-estadounidense John Robert Holden.
A los dos técnicos les pareció adecuado el mismo formato defensivo: la zona 1-3-1. Rusia y Francia aplicaron esa zona durante muchos minutos para atar a los estiletes ofensivos contrarios. Lo lograron, pero eso abrió la cancha a otros jugadores. Salvo un 0-7 para Francia al final del segundo periodo que estiró el marcador hasta una diferencia de seis puntos (34-40) y un 5-0 desde el bando ex soviético posterior (39-42), la primera eliminatoria del Europeo se desarrolló en medio de la igualdad más absoluta.
Jugadores supuestamente enmarcados en papeles secundarios cargaron con el peso del choque ante las dificultades de las grandes estrellas con sello NBA. Nikita Morgunov culminó otra gran actuación, del mismo modo que Boris Diaw, un jugador de la liga estadounidense de menor popularidad que sus famosos compañeros, igual que el alero de los Chicago Bulls Victor Khryapa, que actuó de contrapunto al jugador de los Phoenix Suns. La distribución del protagonismo ofensivo dio pie a un choque muy interesante desde el punto de vista táctico, cargado de conceptos estratégicos y opciones para las iniciativas individuales. Cada balón, cada posesión en un choque tan marcadamente influenciado por los principios técnicos requería valentía para adoptar decisiones personales.
Pero la clave de la pujanza gala radicó en el rebote. En treinta minutos (53-56), Francia había capturado once rechaces más que los ex soviéticos. Y, lo más valioso, nueve de esos balones cayeron en manos de los jugadores franceses dentro de la zona rusa. Morgunov y Khryapa bombearon sangre al corazón de Rusia en una demostración de calidad. Holden apenas apareció ante el aro galo, pero cuando lo hizo aportó cestas vitales. El triple y la penetración que el base nacionalizado transformó a 5:44 de la bocina fueron una de ellas: 62-61.
Holden y Petr Samoylenko dieron forma a un 7-0 vivificante para el equipo de David Blatt, que previamente había suturado la herida sangrante del rebote ofensivo galo. Y encima, Holden entendió que el la clasificación para semifinales ofrecía la ocasión perfecta para justificar su nacionalización y su presencia en el equipo heredero de la antigua Unión Soviética. Aparte de posibilitar el 7-0 que paró la marcha de Francia en el trance más duro de su selección, reapareció en los 6,25 metros para apuntalar la candidatura rusa para las semifinales. Parker no podía ignorar la brillantez de su par. Y es el jugador más valioso de la última final NBA. El jugador que soltó la muñeca desde el triple para devolverle la esperanza a la selección gala (69-69 m.39).
Rusia acusó el golpe y Morgunov cometió falta de ataque en el siguiente ataque. La posesión que ganó Francia en esa acción escondía media semifinal. Sin embargo, los rusos apretaron las piernas y Tariq Kirksay tuvo que lanzar a dos segundos para el final de la posesión descolocado y con un hombre encima. El 69-69 permanecía intacto a 23:27 segundos de la bocina. Florent Pietrus, con buen criterio, cometió falta rápidamente, pero sobre Holden, que clavó los dos libres (71-69). Rusia también optó por hacer personal. La diferencia es que Diaw falló sus dos intentos. Restaba once segundos y los galos cometieron otra falta, por medio del propio Diaw. Y sobre otro gran tirador, Zakhar Pashutin, que también falló los dos lanzamientos.
Al fin Parker logró ser objeto de la personal rusa. El base de San Antonio metió el primero y mandó el segundo, el del empate, al hierro (71-70). Rusia estaba a siete segundos de las semifinales. Esta vez, Pashutin hizo diana por duplicado (73-70). Francia sacó de fondo y la selección rusa cometió otra personal sobre Parker. Era de lógica táctica. El MVP de las finales NBA transformó el primero y tiró el segundo a fallar en busca de un rebote salvador. El rebote cayó en manos rusas, así que la selección que ganó el bronce en el 2005 se marcha a jugar la fase del quinto al octavo y todavía debe ganarse el derecho a jugar el pre-olímpico del próximo julio para ir a Pekin 2008.
Ficha técnica del partido
Rusia, 75 (21+18+16+22): Holden (15), Samoylenko (6), Khryapa (16), Kirilenko (6), Savrasenko (4) -cinco inicial-, Pashutin (11), Morgunov (14), Padius (1) y Monia (2)
Francia, 71 (23+19+14+15): Gomis (5), Parker (15), Diaw (17), Pietrus (8), Weis (2) -cinco inicial-, Diawara (5), Turiaf (8), Kirksay (8), Ferchaud (3) y Badiane (-)
Árbitros: Zavlanos (Grecia), Belosevic (Serbia) y Ziemblicki (Polonia). Excluyeron por personales a Kirilenko (m.37)
Incidencias: Partido correspondiente a las eliminatorias de cuartos de final del Eurobasket 2007 disputado en el Palacio de los Deportes de Madrid ante unos 6.000 espectadores