LD (Agencias) En su intervención ante la 62 Asamblea General de la ONU, el ministro de Asuntos Exteriores de Birmania, Nyan Win, aseguró que su país está siendo víctima de una "estrategia neocolonialista" que busca la desestabilización de la zona. El plan, destacó, incluye la difusión de información falsa sobre violaciones de derechos humanos cometidos por la Junta Militar.
Nyan Win justificó la respuesta represiva contra el movimiento por la democracia al asegurar que "el destino de cada país debe ser determinado únicamente por su Gobierno y pueblo, no se puede imponer desde afuera. Por nuestra parte, estamos convencidos en proseguir hacia la democracia a través de nuestro propio camino". Sin embrago, dijo que "la normalidad ha regresado a Myanmar" tras la respuesta violenta de la Junta Militar.
Desde la tribuna de la ONU, el jefe de la diplomacia birmana indicó que la situación en su país no se hubiera deteriorado si las protestas de "un pequeño grupo de activistas" en contra del alza de los combustibles "no hubiese sido explotada por oportunistas políticos". Subrayó que quisieron convertir la situación en un "enfrentamiento político" ayudados por "algunos países poderosos". Esos oportunistas, explicó, también se aprovecharon de las protestas de un "pequeño grupo de monjes budistas" que exigían una disculpa porque algunos de sus compañeros habían sido maltratados por autoridades locales.
El jefe de la diplomacia birmana alegó que "las fuerzas de seguridad se contuvieron y no intervinieron durante casi un mes, pero cuando la multitud se mostró provocadora y revoltosa, no les quedó más remedio que declarar un toque de queda". Pero, lamentó, los manifestantes ignoraron las advertencias, prosiguió el ministro, y las fuerzas de seguridad "tuvieron que actuar para controlar la situación".
En tanto, fuentes diplomáticas han confirmado que el enviado especial de la ONU para Birmania, Ibrahim Gambari, se ha reunido en la ciudad de Naypyitaw con el general Than Shwe, jefe de la Junta Militar, en un intento de buscar una salida a la crisis que vive el país asiático, sacudido por una brutal represión para acallar las masivas protestas. Sin embargo, no se aportaron más detalles de lo tratado en la cita aunque ha trascendido que la comunidad internacional ha mostrado su preocupación por el estado de las personas detenidas en los últimos días, más de seis mil según la disidencia.