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Bardají, en LDTV: "Es una carrera a contrarreloj que estamos perdiendo"

El horizonte de una República Islámica iraní con capacidad nuclear no es ciencia ficción sino una realidad próxima en el tiempo. Quizás más de lo que pensemos. Es lo que constataron Rafael L. Bardají, director de Internacional de FAES; Gustavo de Arístegui, portavoz de Exteriores del PP; Mauricio Sánchez, redactor jefe de La Razón; y Rafael Ortega, analista de Defensa, en su participación en la edición del miércoles de Debates en Libertad: "La amenaza iraní" de LDTV, dirigido y presentado por Javier Somalo. Bardají, en este sentido, precisó que nos encontramos en "una carrera a contrarreloj que estamos perdiendo".

El horizonte de una República Islámica iraní con capacidad nuclear no es ciencia ficción sino una realidad próxima en el tiempo. Quizás más de lo que pensemos. Es lo que constataron Rafael L. Bardají, director de Internacional de FAES; Gustavo de Arístegui, portavoz de Exteriores del PP; Mauricio Sánchez, redactor jefe de La Razón; y Rafael Ortega, analista de Defensa, en su participación en la edición del miércoles de Debates en Libertad: "La amenaza iraní" de LDTV, dirigido y presentado por Javier Somalo. Bardají, en este sentido, precisó que nos encontramos en "una carrera a contrarreloj que estamos perdiendo".

(L.D-R.C) Irán preocupa y precisamente no es por el desarrollo de un programa nuclear con fines pacíficos como asegura el establishment fundamentalista iraní a la comunidad internacional sino por el desarrollo de un programa dirigido a adquirir capacidades nucleares de uso militar. Pensar lo contrario es llevarse a engaño.

"La comunidad internacional no se opone a que Irán desarrolle energía nuclear" subrayó Gustavo de Arístegui para luego añadir que el peligro se fundamenta en la naturaleza del régimen de Teherán –teocrático y totalitario- y en sus ambiciones atómicas.

El portavoz del Partido Popular en la comisión de Exteriores del Congreso insistió en la importancia de difundir este mensaje al "70 por ciento de la población iraní que se declara prooccidental" y es contraria a la República Islámica para romper con el discurso del presidente Ahmadineyad quien presenta la oposición de la comunidad internacional a la entrada de Irán en el club nuclear como una negación de la soberanía nacional.


Mauricio Sánchez, redactor jefe de Internacional de La Razón, consideró que esa amplia oposición al régimen es una baza con la que debe contar las potencias internacionales en el planteamiento de su estrategia hacia Teherán. El periodista se mostró, sin embargo, menos entusiaste con la efectividad de las sanciones de Naciones Unidas.

Rafael Bardají, en este sentido, destacó que de las tres resoluciones de la ONU dos incluyen sanciones financieras - 1737 y 1747- pero sólo afectan a  “los elementos relacionados con el programa nuclear, no son sanciones dirigidas a dañar la economía” iraní. Lo que transmite al presidente ultraconservador una “confianza” sobre el triunfo de su plan nuclear frente a una diplomacia que apenas le presiona.

El analista de defensa y miembro de la Asociación Atlántica, Rafael Ortega, aseguró que el programa de enriquecimiento de uranio por parte de la República Islámica de Irán planea un problema más “político que técnico”. “Si Irán adquiere la bomba nuclear, quién le va a decir a Arabía Saudí, Egipto y Siria que no se sumen al club nuclear”. Ortega insisitió que supone “un salto cualitatio importante”. “Una crisis local puede convertirse rápidamente en un conflicto de alcance regional con 25.000 muertos”.

El director de Política Internacional y analista del GEES concluyó que “quizás no exista una resolución ideal” para frenar las ansias nucleares de Irán. Pero sí se puede contemporizar la apertura de “un canal de comunicación con los reformistas” dentro de la sociedad iraní y “un ataque similar al ocurrido en Siria” el pasado 6 de septiembre que dañara los centros de enriquecimiento de uranio y “congelase el programa nuclear unos años”.

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