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Zapatero dice que pedirá "cordialmente" a Ibarretxe que logre "un acuerdo entre vascos"

El presidente del Gobierno hizo este lunes uno de sus acostumbrados discursos vacíos de contenido sobre el desafío de Ibarretxe. La víspera de su reunión el lehendakari, Zapatero dijo que le comentará "cordialmente" que antes de buscar un nuevo pacto entre el País Vasco y el Estado, tiene que lograr "un acuerdo entre vascos". No aclaró qué significa eso exactamente. ¿Entre todos los partidos?, ¿con los ciudadanos? Según el presidente lo que ha planteado Ibarretxe no ha sido una propuesta, sino una mera "idea" "unilateral y sin contar con la pluralidad de la sociedad vasca".

L D (Agencias) En el Foro ABC, el jefe del Ejecutivo aseveró que la democracia española "es muy fuerte" y que el sistema constitucional funciona de forma "virtuosa", de forma que "nadie", ni el presidente ni el lehendakari, puede hacer algo para lo que la Ley no le habilite.  "Igual que yo no puedo nombrar a los miembros del Ejecutivo vasco, el lehendakari no puede convocar una consulta de ningún tipo porque las regulación está muy clara en la Constitución", enfatizó. Así, el presidente aseveró que hay referendos como consecuencia de reformas estatutarias o hay aquellas de carácter "consultivo" que fija el artículo 92 de la Carta Magna cuya facultad de iniciativa "está atribuida exclusivamente al presidente del Gobierno, que requiere la autorización de las Cortes Generales".
 
Dicho esto, Zapatero sostuvo que la iniciativa de Ibarretxe ni siquiera lo considera una "propuesta en términos formales". "Puede ser una idea", concedió el líder socialista, que manifestó que en "este país" no se hará ninguna "consulta ni iniciativa" que no respete la "legalidad constitucional estatutaria". Zapatero también indicó que "cordialmente" le dirá al lehendakari que antes que buscar este "nuevo pacto" del que lleva hablando "siete años", logre "un acuerdo entre vascos".
 
Remarcó que "la inmensa mayoría de la sociedad vasca quiere dos cosas" que son también el "empeño" de su Ejecutivo y del PSE. La primera es la de que se acabe con "el horror del terror" y la segunda, que haya "un acuerdo político plural transversal para dar estabilidad y seguridad al autogobierno vasco, que es ya elevado". "Podemos discutir sobre el autogobierno, pero nunca discutiremos sobre nada que intente rebasar la Constitución", indicó.
 
Zapatero estima que el que Ibarretxe haya planteado ahora su iniciativa "tiene mucho que ver con las elecciones y con quién ha de ser el candidato del PNV". Recordó que el lehendakari siempre ha mantenido la idea de la consulta e indicó que con el PNV, el Gobierno quiere mantener "una buena relación política", exponiendo que así lo ha sido con la Presidencia de Josu Jon Imaz y que su deseo es que se mantenga con quien sea su sucesor.

En cuanto a si, llegado el caso, aplicaría el artículo 155 de la Constitución --que prevé que el Ejecutivo adopte medidas para obligar forzosamente a una autonomía al cumplimiento de lo previsto en la Constitución-- avisó de que la consulta de Ibarretxe carece de toda "viabilidad" y que en ningún caso, de producirse la "hipótesis", será necesario aplicar "ninguna medida extraordinaria".  Zapatero también indicó que no se sabe "muy bien" qué es lo que quiere "consultar" Ibarretxe y que hará el "máximo esfuerzo por entenderle".

El jefe del Ejecutivo abogó por último por no exagerar en el tono en la "respuesta" ni poner a las "fuerzas políticas en situación de tensión", porque ello es al final "negativo y estéril".

Zapatero aseguró que la ilegalización de Acción Nacionalista Vasca (ANV) y el Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV) es una decisión que "hoy no está encima de la mesa". Según explicó, será el "desarrollo de los acontecimientos" y la información que acumulan la Fiscalía General del Estado y las Fuerzas de Seguridad lo que podría llevar a tomar esa decisión en el futuro.
 
Al ser interrogado por las detenciones de la cúpula de Batasuna en este momento y no con anterioridad, el presidente del Gobierno expresó su "respeto" por la decisión del juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, ya que, según dijo, el Estado de Derecho debe "respetar las decisiones del Poder Judicial independiente". "Respeto las decisiones de todos los jueces, las he respetado desde el primer día de ser presidente del Gobierno --insistió--. Respeto las decisiones que se hayan tomado, porque mi obligación es respetar la actuación de la Justicia".
 
Como ya hizo la pasada semana en el Senado, el presidente del Gobierno destacó que el Estado "tiene fortaleza para afrontar la amenaza y el chantaje de la banda terrorista" aunque expresó su deseo de hacer frente a esa amenaza con "la mayor unidad y el máximo consenso posible entre las fuerzas políticas". A continuación, Zapatero afirmó que sólo el paso del tiempo permitirá analizar el "proceso de diálogo" que se ha producido en esta legislatura. "Creo que una visión sosegada, que la da el tiempo y la perspectiva, permitirá evaluar, no anticipo de qué manera, el tiempo que hemos vivido y el efecto en cuanto al objetivo determinante que para todos los demócratas españoles es ver el fin de la violencia y el terrorismo, a la vez que proteger al máximo posible las vidas y libertades de los ciudadanos", aseveró.
 
Tras recordar la "larga trayectoria" democrática en la lucha contra el terrorismo", Zapatero quiso dejar claro que "desde el primer día" ha puesto el rumbo en la línea de "prevenir, combatir e intentar terminar con el terrorismo". Según dijo, el "alto el fuego" y el "proceso de diálogo" no ha "culminado en el objetivo" del fin de la violencia, como deseaba la inmensa mayoría de la sociedad española, lo que, a su juicio, evidencia "una vez más, a pesar de las muchas oportunidades de la democracia, la incapacidad radical de quienes defienden y practican la violencia y el terror, de hacer otra cosa que ejercer la violencia, justificarla o ampararla".

Durante su intervención en el Foro ABC el presidente del Gobierno también fue preguntado acerca de si su Ejecutivo iba a adoptar alguna medida ante el hecho de que haya calles, plazas y monumentos con nombre de etarras. En su respuesta, indicó que "seguramente" este hecho "exija un tratamiento que debería ir incorporado en el proceso de reforma de la Ley de Víctimas del Terrorismo". Según añadió, el Gobierno está pensando una reforma de esta norma, lo que requiere "un gran consenso".

Estatuto de Cataluña
 
Sobre el Estatuto, Zapatero pidió a Cataluña "que tenga confianza en sí misma" y que "no se cierre" porque la "inmensa mayoría de los españoles desean compartir su fortaleza, que es la de todos".  "El ADN del Estado autonómico está el principio de cohesión, mucho más que en el Estado centralista" y opinó, sobre el Estatuto, que no debería haber preocupación por "los instrumentos de recurso al Tribunal Constitucional". Eso sí, admitió como "evidente" que todos habrían deseado que algunas cosas "hubiesen salido mejor".
 
Sostuvo que el Estado de las Autonomías español es "uno de los más exitosos", que ha conseguido acercar el poder y las decisiones a los ciudadanos y gestionar mejor", como a su juicio muestra el "balance" del "acercamiento" entre las Comunidades Autónomas con más PIB y las que partían de una situación de menos riqueza. Defendió las reformas estatutarias y auguró que cuando todas estén puesta en marcha, se verá que el resultado es el de fortalecimiento del crecimiento económico, de una gestión más cercana y que, además, el Estado mantiene su "fortaleza".
 
El jefe del Ejecutivo lamentó que estas reformas no hayan tenido un consenso total, y citó en concreto el caso de Cataluña. "Hubiera sido deseable el consenso de todos", apuntó el presidente, quien pronosticó que cuando el Estatuto despliegue "toda su operatividad, los recelos, suspicacias y profecías se vendrán abajo de forma absolutamente elocuente". Dicho esto, Zapatero también lamentó que el debate --en el que hubo "excesos" seguramente por "todas las partes" y que se estableció en el terreno de las identidades y de los sentimientos--, pueda "dificultar la necesidad" de una Cataluña liderando "la innovación, el crecimiento", como desea "la inmensa mayoría de ciudadanos españoles".
 
Zapatero defendió que reformar los estatutos de autonomía es "vivir dentro de la Constitución". "Igual que el Estatuto del País Vasco es consecuencia de la Constitución, el de Cataluña emana de ella", dijo. Desde el punto de vista político, demandó "un poco de tranquilidad", así como un esfuerzo "de serenidad y sosiego".  A su juicio, en el debate sobre el Estatuto se juntaron tres aspectos que provocaron situaciones que mejor que no se "hubieran producido". En concreto, citó el hecho de que en el debate pesaran más los "sentimientos que la letra de lo que se discutía"; la "necesidad" que Cataluña tiene "de incremento de inversiones", a veces "difícil de defender"; y la repercusión del 'Estatut' en el gobierno de la Generalitat.
 
"No nos debería preocupar los instrumentos de recurso al Tribunal Constitucional --señaló entonces--. Forman parte del sistema, del Estado de Derecho, se recurren las leyes". El presidente enfatizó que el Alto tribunal dirimirá, pero dejó claro que desde su punto de vista, hay un número "muy elevado" de preceptos que son "similares" entre los estatutos de Cataluña y Andalucía que no se han recurrido en este último caso. "Demos un poco de tiempo para el sosiego, a lo que va a ser la legislatura de la aplicación del 'Estatut' y al resultado en Cataluña de las elecciones generales", remachó.
 
Zapatero admitió que en España conviven identidades, algunas muy "fuertes" como en Cataluña, País Vasco y Galicia, que están muy relacionada con sus lenguas. "Pero yo las siento como lenguas de España", indicó. "Reconocer ese sentimiento identitario, que se acompaña con un sentimiento de voluntad de autogobierno, de respeto cultural de su identidad, es una tarea del Estado para cohesionar", señaló.

Con estas bases, llamó a hacer un balance "objetivo" de a quién ha beneficiado el Estado de las Autonomías. "Ha beneficiado a las comunidades autónomas con menos riqueza", zanjó. El presidente también apuntó que para la Legislatura que viene estará pendiente la discusión del cambio de financiación autonómica y avisó de que se verán "alianzas curiosas" porque cada autonomía defenderá el interés de su territorio.  Por último, Zapatero llamó a aplicar más "racionalidad" y a que nadie intente "excitar la confrontación territorial", para ser capaces de "convivir mejor". "La respuesta de exagerar a alguna de las tesis que pueda haber en fuerzas políticas catalanas o a lo que ha hecho ahora Ibarretxe es negativa y estéril", finalizó.

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