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La primera sesión de la cumbre de la UE concluye sin acuerdo

Los gobernantes europeos no lograron cerrar este jueves el nuevo Tratado europeo en la primera sesión de trabajo de la cumbre que celebran en Lisboa, según informó el ministro luso de Exteriores, Luis Amado. "Quedan muy pocas cuestiones por resolver y nos estamos centrando en ellas", anunció Amado después de que los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países de la Unión abandonaran su primer encuentro de trabajo para celebrar una cena.

Los gobernantes europeos no lograron cerrar este jueves el nuevo Tratado europeo en la primera sesión de trabajo de la cumbre que celebran en Lisboa, según informó el ministro luso de Exteriores, Luis Amado. "Quedan muy pocas cuestiones por resolver y nos estamos centrando en ellas", anunció Amado después de que los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países de la Unión abandonaran su primer encuentro de trabajo para celebrar una cena.

L D (EFE) Los principales asuntos que impiden el cierre del Tratado son la negativa italiana a contar con menos escaños que Francia y el Reino Unido en el Parlamento Europeo y la aspiración polaca de que el texto detalle el mecanismo que permite a las minorías el bloqueo en las decisiones comunitarias.

La presidencia ha iniciado una serie de consultas bilaterales con los países que "plantearon los problemas más difíciles" antes de volver a una reunión plenaria durante la cena, en la que se presentarán las primeras propuestas formales, explicó Amado.

Una de las reuniones fue con el presidente polaco, Lech Kazcynski, y según fuentes comunitarias la cuestión que plantea Varsovia es el principal obstáculo para el acuerdo.

Amado señaló que los problemas planteados por Austria y Bulgaria "están solucionados" aunque no dio más detalles, porque todavía no hay propuestas formales que hayan sido aceptadas por todos los países, algo que se deja para la próxima sesión que reúna a todos los líderes.

El ministro portugués insistió en el objetivo general de cerrar un acuerdo esta noche, porque hay "voluntad política" para concluir con este asunto de la reforma de la UE que se arrastra desde hace ya más de seis años.

Amado reconoció que el problema polaco con el llamado "compromiso de Ioannina" es "complicado y difícil", pero confió en poder solucionarlo esta noche.

La presidencia baraja la idea de ofrecer a Polonia la inclusión en el tratado de un protocolo en el que quede claro que el llamado "mecanismo de Ioannina", al que tan apegada se siente Varsovia, no podrá ser modificado salvo por acuerdo unánime de todos los estados.

El protocolo no contendría, sin embargo, las disposiciones de ese mecanismo, lo que permitiría satisfacer a quienes se oponen a que ese "pacto de caballeros" pase a ser una nueva regla de voto vinculante.

El "compromiso de Ioannina" estipula que, en circunstancias muy excepcionales (sólo se ha invocado una vez en sus trece años de historia), un grupo de estados puede forzar la suspensión de una decisión de la UE durante "un plazo razonable", aunque no reúna la minoría necesaria para bloquearla.

A pesar de la oposición de la mayoría de países y de juristas del Consejo de la UE, Polonia exige que ese mecanismo de suspensión, contenido hasta ahora en una mera declaración política, se convierta en derecho primario, jurídicamente vinculante, para que no pueda ser abandonada con facilidad.

En cuanto a Italia, Amado recordó que se trata de un problema planteado después del acuerdo de junio sobre el mandato negociador, y reconoció que se afronta el límite marcado entonces de que la Eurocámara debe tener un máximo de 750 miembros.

En cuanto a Italia, el ministro portugués rehusó comentar el anuncio de la delegación española acerca de que la presidencia habría ofrecido a Roma un escaño más, hasta llegar a los 73.

Para evitar que el número de eurodiputados pasara de los 750 acordados en junio, el presidente de la Eurocámara quedaría excluido del cómputo total de parlamentarios, según esa iniciativa.

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