LD (Europa Press) Le llueven las críticas al presidente Zapatero por su polémica Ley de Memoria Histórica. El último en referirse a esta norma ha sido el propio Felipe González, pieza clave en la Transición española. El ex jefe del Ejecutivo ha asegurado que no cree que la memoria histórica "se recupere por ley" si de lo que se trata es de dignificar a "una parte de la población que no pudo dignificar ni la muerte de los suyos".
Aunque considera que "no le preocupa que haya un debate sobre este tema", sí ha exigido que se realice un diálogo en el que "hay que recuperar a los abuelos sin descuidar a los hijos". "Esta es la idea básica", enfatizó.
El ex presidente del Gobierno también ha sido crítico con la descentralización del Gobierno, también liderada por Zapatero. En este sentido, consideró una "estupidez" que se intente "debilitar al centro" como, en su opinión, se está haciendo actualmente. "Todo se fortalece en una unidad dentro de la diversidad", ha asegurado.
En este punto, González ha recordado su lealtad a la Corona de España asegurando que la Monarquía es "una pieza clave del pacto constituyente de la democracia española" y, en este sentido, advirtió de que "no se puede desmontar una pieza sin desmontar el sistema". Esto no sale "gratis", alertó.
"Esto no es una valoración de la gestión de la institución, que por cierto es más que satisfactoria y lo digo sin vocación monárquica, desde el respeto institucional", precisó González, sino una valoración "del pacto constituyente de nuestro esquema de convivencia en libertad, que le ha dado a España un progreso que no ha tenido en los últimos años".
Aniversario de su llegada la poder
Desde la habitación 110 del Hotel Palace de Madrid, la misma en la que apareció tras su victoria en aquellas elecciones, González explicó que aquella noche estaba "más abrumado que contento" y con gran un sentimiento de responsabilidad. A la vez, dijo, estaba "tranquilo" y "psicológicamente preparado". "Tenía cuatro o cinco ideas claras sobre lo que quería hacer, sobre lo que se iba" En el hotel, era el típico ambiente tenso y alegre de espera de resultados. la mayoría muy contenta medida que el resultado iba abultándose, más contenta. el ambiente era de absoluta euforia.
"Me sentía dispuesto a asumir con plenitud la responsabilidad y creía que tenia las ideas básicas claras sobre lo que quería hacer con el país. Dos años después de estar gobierno tuve una especie de conciencia de que la política que hacía no estaba sujeta a una escuela. no era muy de tribu, no había escuela, había influencias, no escuela. una especie de creatividad muy adaptada a las necesidades de lo que uno sentía como las necesidades de España", indicó.
Cuando él llegó al poder, se marcó como objetivo dijo superar la Transición y que España funcionara, en el sentido de que el país saliera "de aquella dinámica perversa de involución.