LD (EFE) La localidad iraquí de Tarmiyah ha sido escenario de intensos bombardeos de EEUU en los que han muerto veinticinco terroristas miembros de Al-Qaeda. La operación, indicaron fuentes militares, tiene como objetivo a "aliados de importantes líderes" de la red en el centro de Irak. Tras el ataque aéreo, tropas terrestres avanzaron en busca de los sospechosos. Veintiuno de ellos han sido capturados.
Los soldados estadounidenses encontraron dos alijos de armas, que incluían misiles tierra-tierra, ametralladoras, rifles, pistolas, granadas, proyectiles de mortero y abundante munición, además de componentes para fabricar bombas.
En Kirkuk, la explosión de un coche-bomba conducido por un terrorista suicida ha provocado la muerte de seis personas y veintidós heridos, entre ellos el jefe de la Policía de Emergencia de la ciudad, Jatab Omar. De hecho, el atentado tuvo lugar justo al paso del convoy oficial de Omar.
Dos guardaespaldas de Omar y cuatro transeúntes murieron en el acto, mientras que el oficial quedó gravemente herido y fue de inmediato trasladado al hospital. Otras veintiún personas han quedado heridas de diversa consideración, entre ellas varias mujeres y niños. La explosión fue tan potente que causó abundantes daños en los edificios cercanos y en varios automóviles.