El Barça logra en Lyon el punto que necesitaba para meterse en octavos (2-2)

(Libertad Digital) El partido comenzó con la sorpresa de ver a Ronaldinho en el banquillo, algo que no sucedía en Champions desde diciembre de 2004 contra el Shakhtar Donetsk ucraniano. El brasileño está a años luz de su mejor momento de forma y, visto lo visto, tardará en volver a ser el que fue. La segunda gran noticia de la noche antes de ver correr el balón fue ver a Bojan Krkic en el once inicial. El delantero español de 17 años va camino de batir todos los récords de precocidad. Enfrente estava un Olympique de Lyon prudente que tampoco pudo contar con su jugador más desequilibrante, Karim Benzema. En su caso, por la lesión que sufrió el sábado en el muslo derecho. Alain Perrin optó por una alineación cargada de cautela, al juntar por primera vez en la temporada a sus dos centrocampistas más defensivos, Toulalan y Fabio Santos.

Pero su novedoso planteamiento se tambaleó a los dos minutos de juego. El sustituto de Benzema, Fred, perdió un balón en la frontal del área del Barça y el conjunto lionés tardó en replegarse un mundo. Lo suficiente para que Messi lanzara el contraataque, conectase con Bojan y diese un pase medido de gol a Iniesta. El choque se perfilaba como un paseo para el Barcelona, pero no tardó el Olympique en empatar. Un centro de Juninho en jugada a balón parado, sin peligro alguno, se le coló a Valdés sin que nadie acertara a rematar. Dos ocasiones de gol, dos goles. Un partido sin control y sin dueño.

El conjunto francés, que necesitaba puntuar para seguir con vida en la Liga de Campeones, pudo entonces rehacerse y comenzó a inquietar al conjunto español con un disparo de Santos (m.14) que paró Valdés. Touré respondió segundos después con uno de sus trallazos que dejó al público de Lyon congelado al rozar uno de los palos de la portería de Vercoutre. Y ahí finalizó el peligro azulgrana en la primera mitad. Falto de ideas, el Barça se limitó a tantear a su contrincante. Algo peligroso porque a la media hora de juego Abidal sacó un balón bajo los palos de Juninho, después de que Valdés se luciera deteniendo un duro disparo de Govou. La primera parte finalizó con la expulsión de Frank Rijkaard, descontento desde el pitido inicial con la actuación del árbitro Stefano Farina.

 

Al Barça le bastó con tirar de oficio tras el paso por vestuarios para hacerse con el timón del partido y adelantarse de nuevo. Y para tablas, las que tiene el más joven de la plantilla azulgrana. Bojan metió un pase en profundidad a Messi y Squillaci llegó tarde al corte. Un penalti que el propio argentino transformó con la soltura que le caracteriza (m.58). El Barcelona pudo haber matado el partido minutos después, pero Vercoutre se lució con una estirada preciosa ante el disparo de Gudjohnsen.

Faltando media hora entró al campo Ronaldinho, sin que realmente se notara a la postre en el juego del conjunto culé. El Olympique, más con el corazón que con buen juego, siguió presionando. La salida de Keita por el desconocido Fred fue determinante en las filas galas. El marfileño provocó el penalti que transformó a falta de once minutos para el final Juninho. El resto del partido la afición lionesa contuvo la respiración para que no se les escapara el tan valioso punto ante un Barcelona que acabaría conformándose con el empate.