LD (V. Gago) Varios medios globales y holandeses observan en estos días la inquietud del Gobierno de este país de la UE por el próximo estreno de un cortometraje que denuncia la tiranía del islamo-fascismo y alerta sobre su expansión en Europa.
La película, de la que aún no se ha dado a conocer su título, ya es considerada como la segunda parte de Sumisión, el filme que Theo Van Gogh y Ayaan Hirsi Ali realizaron en 2004.
Aquella denuncia del islamismo totalitario fue corroborada trágicamente por los hechos. Meses después de su estreno, Van Gogh fue brutalmente asesinado –lo tirotearon, lo degollaron y le clavaron en el pecho un mensaje amenazante a Occidente–. Por su parte, la ex diputada liberal vive desde entonces exiliada en Estados Unidos –Holanda, en vez de protegerla, le retiró la nacionalidad– y escondida por razones de seguridad.
International Herald Tribune informaba este miércoles de que el nuevo filme ha sido producido por el Partido por la Libertad, una formación liberal que denuncia prácticamente en solitario la amenaza del islamo-fascismo en Holanda y en Europa.
Su líder, Geert Wilders, ha anunciado que el filme estará listo para su estreno en enero. Mostrará "el carácter fascista e intolerante del Corán", dijo Wilders, según IHT. Recientemente, este diputado holandés comparó el Corán con el Mein Kampf de Hitler.
La prensa progresista o políticamente correcta de Holanda se ha apresurado a descalificar el Partido por la Libertad como "ultraconservador" o "de extrema derecha".
Wilders reconoce que la Televisión pública se ha negado a emitir el cortometraje, pero asegura que los holandeses podrán verlo en un canal privado.
El Gobierno ha reaccionado con un ruego al Partido de la Libertad para que desista de estrenar la película.
El portavoz del Ministerio de Justicia, Wim van der Weegen dijo este miércoles que el Gobierno está "tomando medidas" preventivas contra el terrorismo antes del estreno de la película.
En un confuso mensaje a la Opinión Pública, el mismo portavoz ha pedido al líder político liberal que considere las "repercusiones" y "las reacciones contra él mismo y contra otros" que el estreno del filme puede acarrear, aunque, al mismo tiempo, ha recordado que Wilders vive en un país occidental en el que se reconoce la libertad de expresión.
Al mismo tiempo, el departamento de Estado especializado en la lucha contra-terrorista ha señalado que la película puede provocar una ofensiva de atentados islamistas dentro del propio territorio holandés, donde se concentra una de las comunidades musulmanas más numerosas y radicalizadas de Europa.