(Libertad Digital) El castigo a la COPE no llega en cualquier momento: se produce a tres meses de las Elecciones Generales y en plena campaña de satanización del canal y de sus comunicadores por el Gobierno y por los medios pro-gubernamentales.
La concertación de ataques e iniciativas contra la COPE se produce entre instancias gubernamentales, como el mismísimo presidente del Gobierno –que pidió públicamente a la propiedad del canal la censura de su línea informativa y de opinión–, e instancias pro-gubernamentales, especialmente los del grupo Prisa, que han llenado de descalificaciones e invectivas sus páginas y micrófonos, y han acabado poniendo un EGM desacreditado por evidencias de prácticas chapuceras, al servicio de la estrategia de acallar la COPE.
La campaña no está exenta de contradicciones. Así, por ejemplo, el hecho de que recientemente, El País culpase directamente a COPE y sus comunicadores del fracaso de la manifestación convocada por el Gobierno y los sindicatos tras el atentado de Capbreton en el que fueron asesinados por ETA dos guardias civiles y que, a continuación, el EGM minimice la influencia del canal restándole, en una sola oleada, nada menos de 200.000 oyentes.
Resulta significativo, y difícil de explicar, que el castigo se centre en el programa de Federico Jiménez Losantos, objetivo principal de la campaña contra la COPE, al que el EGM asigna en la última oleada 200.000 oyentes menos.
Otros de sus principales programas, La Linterna, La Palestra, El Tirachinas y La Tarde con Cristina, mantienen sus posiciones en 2007 y, en el caso de La Palestra –el informativo del mediodía de COPE– crece un 13 por ciento –350.000 oyentes– afianzándose en la segunda posición en esa franja horaria.
El Estudio General de Medios correspondiente a los meses de octubre-noviembre de 2007 confirma la posición de COPE como la radio libre más escuchada del país.
La oleada reconoce una audiencia de más de 2 millones de personas –2.161.000, exactamente–, lo que consolida a este canal en la segunda posición del panel radiofónico, contando con una desventaja de partida sobre su inmediato competidor, la SER, al disponer de un número mucho menor de postes de emisión, concesiones administrativas que dependen de decisiones políticas discrecionales.
La Mañana de Federico Jiménez Losantos es situado por el EGM en la tercera posisión de los programas de su franja horaria, en la última oleada.
La Palestra, el noticiario que dirige Ignacio Villa, crece un 13 por ciento y alcanza los 350.000 oyentes, consolidándose igualmente en la segunda posición en su franja horaria.
La Tarde con Cristina López Schlichting, con 281.000 oyentes diarios, mantiene la segunda posición en ese tramo, lo mismo que La Linterna de César Vidal–631.000– y El Tirachinas de José Antonio Abellán –400.000–.