L D (Agencias) El portavoz del PP en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, Gustavo de Arístegui, alertó en declaraciones a Europa Pres de que algunos de los interlocutores de España en el proyecto de la Alianza de Civilizaciones, "sólo unos pocos", son líderes de países que, "como Irán", no respetan los derechos y libertades fundamentales, a los que consideran "un instrumento perverso de humillación y de dominio de Occidente sobre el Islam". Irán forma parte de los 78 países y organizaciones internacionales que constituyen un grupo de amigos informal de la Alianza en el seno de la ONU y que se reúnen periódicamente para plantear sugerencias.
En opinión de De Arístegui, es "fundamental enviar un mensaje al Gobierno sobre la necesidad de restablecer el equilibrio del diálogo de civilizaciones, interconfesional e intercultural desde el pleno respeto al Islam moderado, que es la aplastante mayoría". Abogó asimismo por mantener un "diálogo crítico" con "aquellos países, regímenes y personas que, no sólo no respetan los derechos y libertades fundamentales, sino que los consideran un instrumento perverso cuando son valores universales, que pertenecen a toda la humanidad".
El portavoz del PP afirmó que su grupo no entiende muy bien qué es la Alianza de Civilizaciones, si el diálogo entre civilizaciones que planteó en su momento el ex presidente iraní Muhammad Jatamí, lo que definió la ONU en 2001, lo que dice Zapatero que, a juicio del PP, "es como no decir nada" o "¿es permitir manga ancha y laxitud a países que, como Irán, no respetan los derechos y libertades fundamentales?".
Preguntado si el PP revisaría las medidas contempladas por el plan nacional recientemente aprobado por el Gobierno para desarrollar la Alianza, en caso de que las próximas elecciones del 9 de marzo les devuelvan al Gobierno, señaló que su partido tendrá que plantearse "seriamente" qué hacer con estas iniciativas, que tendrán que estudiar una vez termine el foro. No obstante, subrayó que los 'populares' no están "en absoluto en contra de un diálogo estructurado, fluido, amigable, transparente, sólido y desde el mutuo respeto con líderes políticos de otras civilizaciones".
Pero este diálogo, remarcó, "tiene que ser claramente crítico con aquellos países que no respetan los derechos y libertades fundamentales". Además recordó que ya existen instrumentos en Naciones Unidas que podrían servir para "encauzar ese diálogo entre culturas", si bien admitió que necesitarían de "una dotación presupuestaria mayor". Se trataría, añadió, de crear una "plataforma de moderados" que luchen contra el enemigo común, "el terrorismo yihadista", que pretende secuestrar al Islam, con el que no tiene nada que ver.