L D (EFE) Aunque en teoría mociones y votos son diferentes -las primeras piden el respaldo a la política del Gobierno y los segundos son un recurso para agilizar la tramitación de una ley-, en la práctica sus efectos son iguales, ya que no superarlos supone la caída del Gobierno.
La primera cuestión de confianza del Gobierno Prodi, además de la obtenida en la misma sesión de investidura, se planteó en febrero de 2007, cuando tuvo que dimitir después de que el Senado rechazó sus propuestas de política exterior.
Al igual que la sesión de investidura, esas mociones se cuentan doble, una por cada Cámara, por lo que en total, contando las de ayer en la Cámara de Diputados y hoy en el Senado, Prodi ha afrontado seis desde que empezó a gobernar en mayo de 2006.
Pero, además, en estos veinte meses el primer ministro ha pedido el voto de confianza para la aprobación de una ley en 27 ocasiones, catorce en la Cámara de los diputados y trece en el Senado.
El Ejecutivo italiano utilizó este recurso en la reordenación de los ministerios, que en el Gobierno Prodi son más numerosos que los de su predecesor, Silvio Berlusconi, así como para la refinanciación militar en Afganistán.
Prodi también pidió el voto de confianza para la aprobación de medidas de saneamiento de las cuentas públicas y para liberalizar algunos sectores, entre ellos el de los taxistas, el farmacéutico y el de los abogados, así como para la aprobación de diferentes partes de los presupuestos generales del Estado para 2007.
Sacó adelante, del mismo modo, el plan de reformas sociales y la ley de seguridad, que incluía un polémico decreto para permitir las expulsiones de personas de la UE por motivos de seguridad y que hasta el momento afectaba sólo a personas de nacionalidad rumana.
De la misma forma se aprobó un plan de emergencia para la crisis de las basuras en la región sureña de Campania del pasado año o un decreto de ley, en agosto de 2007, para repartir los ingresos fiscales que resultaron superiores a los previstos.
Los tres artículos que componían el proyecto de ley para los Presupuestos Generales de 2008, también consiguieron ser aprobados gracias a la imposición de votos de confianza.
De este modo, el actual Gobierno supera el número de votos de confianza que solicitó, entre el 11 de junio de 2001 y el 23 de abril de 2005, el Gobierno de Berlusconi, que sumó un total de 29 votaciones.