(Libertad Digital) Eid Wissam se encotraba investigando asuntos "muy importantes", incluyendo, "los relacionados con los atentados terroristas". Éstas fueron las palabras del jefe de Policía Nacional, el general Ashraf Rifi quien confirmó que el objetivo del atentado era el responsable de los Servicios de Inteligencia del Líbano.
La fuerte explosión, que estremeció al barrio cristiano de Chevrolet-Hazmiya en el este de la capital, dejó un espectáculo dantesco. Un cráter de dos metros se abrió en el asfalto y decenas de coches quedaron calcinados.
Rifi explicó que el atentado había sido mediante un coche-bomba y que en él había muerto el guardaspaldas de Eid Wissam junto con otras tres o cuatro personas. Luego, la Cruz Roja dijo que cuatro personas más habían perdido la vida y unas 20 permanecían en estado grave.
El ministro de Deportes libanés, Ahmed Fatfat, aseguró que el oficial de los Servicios de Inteligencia se encontró con la muerte de camino a casa después de haber asistido a una reunión de la comisión de Naciones Unidas que investiga el magnicidio del entonces primer ministro, Rafiq Hariri.
Wissam estaba en el punto de mira desde tiempo atrás. El agente de los Servicios de Inteligencia había sobrevidido a dos intentos de atentados. El primero con un artefacto bomba en su propio domicilio, y el segundo en un asalto en el puerto de Tripoli, comunicó el ministro del Interior, Hassan Sabei, a LBC televisión.
Este atentado se suma a la lamentable lista de asesinatos políticos y militares que completa la crisis política por la que atraviesa el país desde hace más de un año. En el fragmentado Líbano, el departamento de Inteligencia de la Policía está próximo al Gobierno antisirio de Fouad Siniora y había sido criticado en numerosas ocasiones por la oposición prosiria.
El dirigente de la mayoría parlamentaria libanesa e hijo del ex primer ministro asesinado en 2005, Saad Hariri, reaccionó a la noticia con un contundente comunicado en el que decía que "Líbano no es el teatro para los ajustes de cuentas del régimen sirio". Hariri además instaba a las autoridades de Damasco a "no interferir en los asuntos internos" del Líbano.
