LD (Manuel Llamas) El incremento del número de desempleados inscritos en las Oficinas de los Servicios Públicos de Empleo, que el pasado mes de enero aumentó en 132.378 personas con respecto al mes anterior, tras registrar un alza del 6,2%, es de por sí un mal dato, cuyos efectos se dejarán notar igualmente en el mercado financiero español.
La tasa de morosidad hipotecaria se ha situado en mínimos históricos a lo largo de los últimos años (un 0,4% de media), pero esta tendencia comienza a revertirse y amenaza con dispararse durante el presente año. Así, la morosidad del crédito a los hogares se aproxima al 0,7% de media, según los datos provisionales del pasado mes de diciembre. Sin embargo, los expertos del sector prevén que dicho índice avance hasta situarse en el 1,4% a finales de 2008. Es decir, prácticamente el doble en apenas un año.
La razón de este incremento en las previsiones de impagados se debe a “la importante influencia que ejerce la evolución del empleo en las tasas de morosidad crediticia”, según los analistas consultados por LD. En este sentido, el modelo de cálculo que emplean los expertos indica que existen tres índices macroeconómicos que influyen directamente en la morosidad de los hogares: la inflación (Índice de Precios al Consumo), los tipos de interés y el desempleo. De hecho, según este mismo modelo, “el peso del paro en este ámbito es cuatro veces superior a los otros dos factores”, apuntan los analistas.
España registró el pasado año 117.000 parados más con respecto a 2006. De hecho, sólo en enero, el volumen de desempleados ha aumentado en 132.000, la mayor subida mensual del paro registrada hasta la fecha, debido a la crisis que padece el sector inmobiliario nacional, tal y como anunció ayer el ministro de Trabajo, Jesús Caldera. De este modo, a la vista de la desaceleración económica, fuentes del sector financiero avanzan que el ratio de morosidad (el diferencial existente entre el crédito concedido y el volumen de préstamos de dudoso cobro) se duplicará en 2008.
Además, la crisis de liquidez que sufre desde el pasado mes de agosto el mercado financiero internacional, a raíz del estallido de la crisis subprime en EEUU, ha causado, entre otros efectos, una importante restricción de créditos. La disminución del volumen de préstamos vivos (concedidos) también presiona, por tanto, al alza la tasa de morosidad. El comportamiento de los otros dos indicadores tampoco llaman al optimismo.
El euribor (índice de referencia para la concesión de hipotecas) ha pasado del 2,216% en enero de 2004 hasta el 4,867% en diciembre de 2007. Además, el índice de precios de consumo armonizado (IPCA) avanzó hasta el 4,4% el pasado mes de enero en España, y hasta el 3,2% en la zona euro. Es decir, la inflación más elevada desde 1997. Si el IPC correspondiente al mes de enero, que se publicará el 15 de febrero, coincide con el adelanto del IPCA, sería la mayor inflación registrada en España desde noviembre de 2005.
Así, el esfuerzo de las familias para adquirir una vivienda sigue en aumento: mientras que hace cuatro años la compra de un inmueble suponía el 31,7% de la renta bruta disponible de los hogares, en la actualidad se eleva hasta el 46,2%, marcando un máximo histórico, según los datos del Banco de España. Al mismo tiempo, y ante la previsión de un aumento de la morosidad, las entidades crediticias están incrementando sus dotaciones de provisión para prevenir los posibles impagos.
Pese a ello, los analistas insisten en la solidez del mercado financiero español. La provisión de la banca nacional alcanza el 250% de media. Es decir, por cada 100 euros de crédito dudoso existen 250 euros de dotación. Además, aunque se duplique la morosidad, ésta seguiría siendo “razonable” e, incluso, menor que la media de la UE, según estas mismas fuentes.