(Libertad Digital) La investigación por la muerte de Mari Luz Cortés ha demostrado que Santiago de Valle seguía una estrategia para, como recuerda ABC, saciar sus desviaciones sexuales. El pederasta, tal y como ha reconocido a la Policía, vivía obsesionado con mantener relaciones sexuales con niñas, un sinistro historial delictivo que comienza con su propia hija.
En el caso de Mari Luz, el criminal decidió matricularse en un curso que se impartía en el colegio de la niña, regentado por los Salesianos. Según publica ABC, la actitud del pederasta hacia las menores llamó desde el principio la atención de los responsables del centro educativo. De valle fue expulsado del mismo. En este sentido, y según la Policía, el perfil de Del Valle encaja con el de los pederastas que se ocultan bajo "la impunidad que les ofrece internet".
Hay que recordar que Santiago del Valle entró en contacto con su segunda víctima a través de una revista. Incluso, llegó a matricularse en su instituto para estar más cerca de la menor y así acosarla de forma más fácil. Estrategia que luego utilizó con Mari Luz.
Catálogo de fallos judiciales
El juez lo condena en 2002 por abusar de su hija, pero la Audiencia tarde tres años en confirmar la pena. El juez ordena localizarle en 2006, pero hasta octubre de 2007 no se notifica al fiscal su paradero desconocido y hasta marzo no se le pide prisión. La funcionaria del caso se da de baja y la Junta andaluza tarda en sustituirla, sin que nadie lleve el proceso. La Fiscalía no pide la cárcel hasta el pasado día 19 en pedir la cárcel y niega que le llegara en octubre como dice el juez.
En 2006 es arrestado en Gijón por abusar de otra niña, pero queda libre sin que nadie se percate de que ya tenía otra condena por abusos. Otra vez es detenido en Sevilla, pero el caso está a la espera de un informe y otra vez ignoran sus antecedentes.