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El régimen chino reconoce que durante la represión arrestó a más de 1.000 tibetanos

Los graves disturbios y la represión llevada a cabo por el régimen chino en el Tíbet ya tiene cifras oficiales del Gobierno. La dictadura comunista ha reconocido que detuvo a más de 1.000 tibetanos durante los días que duraron los disturbios más graves. Estos incidentes pusieron en el punto de mira a Pekín en cuestión de derechos humanos a cinco meses de la celebración de los Juegos Olímpicos. Por su parte, los grupos tibetanos en el exilio subrayaron que el número real de personas fallecidas tras los actos de represión fue de 140, al menos 13 de ellas debido a los disparos de los de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes.

Los graves disturbios y la represión llevada a cabo por el régimen chino en el Tíbet ya tiene cifras oficiales del Gobierno. La dictadura comunista ha reconocido que detuvo a más de 1.000 tibetanos durante los días que duraron los disturbios más graves. Estos incidentes pusieron en el punto de mira a Pekín en cuestión de derechos humanos a cinco meses de la celebración de los Juegos Olímpicos. Por su parte, los grupos tibetanos en el exilio subrayaron que el número real de personas fallecidas tras los actos de represión fue de 140, al menos 13 de ellas debido a los disparos de los de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes.
LD (EFE) Las autoridades del tibetanas informaron por primera vez de que el número de detenidos en los disturbios registrados en Lhasa a mediados de marzo asciende a más de 1.000 personas, sobre las que afirman que fueron "capturadas" o se entregaron voluntariamente.
 
En este sentido, Wang Xiangming, subsecretario del Partido Comunista en Lhasa, declaró que 800 personas fueron arrestadas durante los días de mayor violencia, el 14 y el 15 de marzo. Los otros 280 detenidos se entregaron voluntariamente antes del periodo de gracia promulgado por el régimen chino y que finalizó el 17 de marzo.
 
Wang añadió que los detenidos serán juzgados antes del 1 de mayo, con una premura que la prensa independiente interpreta como una prueba de la voluntad de Pekín de dar por zanjado el problema antes de la celebración de los Juegos el 8 de agosto.
 
Los grupos tibetanos en el exilio señalaron que la cifra de muertos real asciende a 140, de ellos al menos 13 personas fallecidas por los disparos de las fuerzas de seguridad chinas contra los manifestantes, según la organización Free Tibet Campaign.
 
Según la versión oficial, civiles y monjes budistas de la minoría tibetana atacaron a civiles de la etnia mayoritaria china Han y sus negocios, en una revuelta instigada por el Dalai Lama, el líder espiritual y político en el exilio al que acusan de promover la independencia del Tíbet.

La oficina del Dalai Lama ha negado su implicación en los disturbios y dicen tener pruebas de que los peores actos de violencia fueron perpetrados por policías chinos disfrazados de monjes.

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