L D (EFE) La potencia y la organización del Arsenal no han sido suficientes para silenciar a 'The Kop'. El embrujo europeo del Liverpool ha vuelto a sentirse en el legendario Anfield para dar alas a sus jugadores y castigar a Arsene Wenger, cuya meta truncada en la Champions comienza a ser una constante. Ha sido otra noche mágica en un estadio que tiene voz propia. El factor Anfield, ese elemento que define partidos en situaciones adversas, hizo su aparición estelar y la tensión se palpó desde el arranque de un partido teñido de rojo. Los 'cañoneros' llegaban a Liverpool con la lección aprendida. Aplicando las instrucciones del 'Profesor', el siempre disciplinado Arsene Wenger, el objetivo era claro: presionar desde el principio, muy consciente de la importancia vital de marcar.
Y ese momento no tardó. A los trece minutos de juego, la escuadra de Wenger materializaba de forma numérica un dominio que no dejó lugar a dudas en los primeros compases. Fue una acción letal del francés Diaby por la derecha que se coló en las mallas de Pepe Reina. El meta español dejó demasiado espacio en la izquierda de la portería, tras haber salvado instantes antes un amago del togolés Adebayor. Justo lo que el Arsenal perseguía. Hasta entonces, todo muy bien para los pupilos del francés. El varapalo asestado por los londinenses hizo rugir a 'The Kop', y con fuerza. El rival continuaba apretando y, como ocurriera la pasada semana en el Emirates Stadium de Londres, desde el centro del campo mandaba Cesc Fábregas. El catalán volvía a demostrar una madurez más que sobresaliente y desempeñaba de forma impecable su papel de moderador, ordenando al equipo y repartiendo balones. En el apartado táctico, la formación visitante se hacía con el control claro, mientras que el empuje de los 'Reds' continuaba a falta de ocasiones. Pero como suele ocurrirle al Liverpool, en momentos críticos, encuentra un chaleco salvavidas.
Casi fue un calco de la primera eliminatoria, cuando los 'Reds' replicaban sin perder tiempo al primer golpe que le asestaba su rival. Si el pasado miércoles era Dirk Kuyt quien reaccionaba presto a un gol de Adebayor, esta vez en Anfield, asumía el rol el finlandés Sami Hyypia. El nórdico hizo enloquecer a la hinchada local con un remate de cabeza después de un saque de esquina de Gerrard. Un empate que volvía a dejar en el aire cualquier desenlace y que multiplicaba las revoluciones de este estadio ya de por sí al borde del infarto. Además, el gol llegó al poco de que el meta navarro Manuel Almunia hubiera abortado la primera ocasión clara para los locales, un centro del brasileño Fabio Aurelio que se había envenenado. El tanto del escandinavo desestabilizó la solidez inicial de los 'gunners'. Todo se volvía en contra del conjunto de Wenger, que encajaba otro contratiempo inesperado con la lesión en el tobillo de Flamini, quien tuvo que ser sacado del campo en camilla para dar paso a su compatriota Gilberto Silva. La miseria del once de Wenger se topaba con un Liverpool crecido, que encadenaba más jugadas y que ya no dejaba que fuera su rival el que llevara la batuta.
El paso por vestuarios sentó bien al Arsenal, pero el Liverpool iba embalado y se lanzó al ataque con otro balón de Fabio Aurelio -más que notable-, que chocó contra el gigantón Crouch, variando su rumbo, y que consiguió frenar Almunia. Las fuerzas se igualaron en este segundo tiempo. El Liverpool no dejó de achuchar la zaga de su oponente y se notó la presencia del español Fernando Torres, un tanto desaparecido en la primera mitad pero activo en la segunda. Y llegó el gran momento del Liverpool, el que esperaban las gradas con protagonista de lujo: el ex jugador del Atlético de Madrid, la máquina goleadora del cuadro anfitrión volvió a resultar al recuperar un balón largo para no dar opciones al impotente Almunia. Por algo es el talismán de Benítez.
Pero continuaron los sustos. Los alumnos de Wenger cargaron fuerzas y silenciaron los bramidos de 'The Kop' con un gol del togolés Adebayor tras una gran jugada del jovencísimo Theo Walcott, la gran promesa del Arsenal, que se marchó con clase y potencia de cuatro rivales tras una arrancada desde el centro del campo. Pero la alegría le duró muy poco al Arsenal. Sólo un minuto después, el árbitro sueco Peter Frojdfeldt vio un penalti inexistente de Kolo Touré sobre Ryan Babel que Gerrard se encargó de transformar de forma magistral para llevar la tranquilidad a las gradas. El propio Babel, tras un contragolpe letal, se encargó de poner la puntilla con un gol en el último minuto del descuento. Una vez más, la magia ha vuelto a Anfield para sentenciar el pase del Liverpool y volver a dejar con la miel en los labios a un Arsenal que rozó el pase durante unos pocos segundos.
Ficha técnica del partido
Liverpool, 4: Reina; Carragher, Skrtel, Hyypia, Fabio Aurelio; Xabi Alonso, Mascherano, Gerrard, Kuyt (Arbeloa, m.92); Crouch (Babel, m.77) y Fernando Torres (Riise, m.86)
Arsenal, 2: Almunia; Touré, Gallas, Senderos, Clichy; Flamini (Gilberto Silva, m.41), Eboué, Cesc, Diaby; Hleb y Adebayor
Goles: 0-1, m.13: Diaby; 1-1, m.30: Hyypia; 2-1, m.68: Fernando Torres; 2-2, m.84: Adebayor; 3-2, m.85: Gerrard, de penalti; 4-2, m.93: Ryan Babel
Árbitro: Peter Frojdfeldt (Suecia). Mostró tarjeta amarilla a Senderos (m.17)
Incidencias: Partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio de Anfield (Liverpool) ante cerca de 45.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Mathieu Sprengers, presidente de la Federación Holandesa de Fútbol y miembro Comité Ejecutivo de la UEFA, fallecido el pasado domingo
Y ese momento no tardó. A los trece minutos de juego, la escuadra de Wenger materializaba de forma numérica un dominio que no dejó lugar a dudas en los primeros compases. Fue una acción letal del francés Diaby por la derecha que se coló en las mallas de Pepe Reina. El meta español dejó demasiado espacio en la izquierda de la portería, tras haber salvado instantes antes un amago del togolés Adebayor. Justo lo que el Arsenal perseguía. Hasta entonces, todo muy bien para los pupilos del francés. El varapalo asestado por los londinenses hizo rugir a 'The Kop', y con fuerza. El rival continuaba apretando y, como ocurriera la pasada semana en el Emirates Stadium de Londres, desde el centro del campo mandaba Cesc Fábregas. El catalán volvía a demostrar una madurez más que sobresaliente y desempeñaba de forma impecable su papel de moderador, ordenando al equipo y repartiendo balones. En el apartado táctico, la formación visitante se hacía con el control claro, mientras que el empuje de los 'Reds' continuaba a falta de ocasiones. Pero como suele ocurrirle al Liverpool, en momentos críticos, encuentra un chaleco salvavidas.
Casi fue un calco de la primera eliminatoria, cuando los 'Reds' replicaban sin perder tiempo al primer golpe que le asestaba su rival. Si el pasado miércoles era Dirk Kuyt quien reaccionaba presto a un gol de Adebayor, esta vez en Anfield, asumía el rol el finlandés Sami Hyypia. El nórdico hizo enloquecer a la hinchada local con un remate de cabeza después de un saque de esquina de Gerrard. Un empate que volvía a dejar en el aire cualquier desenlace y que multiplicaba las revoluciones de este estadio ya de por sí al borde del infarto. Además, el gol llegó al poco de que el meta navarro Manuel Almunia hubiera abortado la primera ocasión clara para los locales, un centro del brasileño Fabio Aurelio que se había envenenado. El tanto del escandinavo desestabilizó la solidez inicial de los 'gunners'. Todo se volvía en contra del conjunto de Wenger, que encajaba otro contratiempo inesperado con la lesión en el tobillo de Flamini, quien tuvo que ser sacado del campo en camilla para dar paso a su compatriota Gilberto Silva. La miseria del once de Wenger se topaba con un Liverpool crecido, que encadenaba más jugadas y que ya no dejaba que fuera su rival el que llevara la batuta.
El paso por vestuarios sentó bien al Arsenal, pero el Liverpool iba embalado y se lanzó al ataque con otro balón de Fabio Aurelio -más que notable-, que chocó contra el gigantón Crouch, variando su rumbo, y que consiguió frenar Almunia. Las fuerzas se igualaron en este segundo tiempo. El Liverpool no dejó de achuchar la zaga de su oponente y se notó la presencia del español Fernando Torres, un tanto desaparecido en la primera mitad pero activo en la segunda. Y llegó el gran momento del Liverpool, el que esperaban las gradas con protagonista de lujo: el ex jugador del Atlético de Madrid, la máquina goleadora del cuadro anfitrión volvió a resultar al recuperar un balón largo para no dar opciones al impotente Almunia. Por algo es el talismán de Benítez.
Pero continuaron los sustos. Los alumnos de Wenger cargaron fuerzas y silenciaron los bramidos de 'The Kop' con un gol del togolés Adebayor tras una gran jugada del jovencísimo Theo Walcott, la gran promesa del Arsenal, que se marchó con clase y potencia de cuatro rivales tras una arrancada desde el centro del campo. Pero la alegría le duró muy poco al Arsenal. Sólo un minuto después, el árbitro sueco Peter Frojdfeldt vio un penalti inexistente de Kolo Touré sobre Ryan Babel que Gerrard se encargó de transformar de forma magistral para llevar la tranquilidad a las gradas. El propio Babel, tras un contragolpe letal, se encargó de poner la puntilla con un gol en el último minuto del descuento. Una vez más, la magia ha vuelto a Anfield para sentenciar el pase del Liverpool y volver a dejar con la miel en los labios a un Arsenal que rozó el pase durante unos pocos segundos.
Ficha técnica del partido
Liverpool, 4: Reina; Carragher, Skrtel, Hyypia, Fabio Aurelio; Xabi Alonso, Mascherano, Gerrard, Kuyt (Arbeloa, m.92); Crouch (Babel, m.77) y Fernando Torres (Riise, m.86)
Arsenal, 2: Almunia; Touré, Gallas, Senderos, Clichy; Flamini (Gilberto Silva, m.41), Eboué, Cesc, Diaby; Hleb y Adebayor
Goles: 0-1, m.13: Diaby; 1-1, m.30: Hyypia; 2-1, m.68: Fernando Torres; 2-2, m.84: Adebayor; 3-2, m.85: Gerrard, de penalti; 4-2, m.93: Ryan Babel
Árbitro: Peter Frojdfeldt (Suecia). Mostró tarjeta amarilla a Senderos (m.17)
Incidencias: Partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio de Anfield (Liverpool) ante cerca de 45.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Mathieu Sprengers, presidente de la Federación Holandesa de Fútbol y miembro Comité Ejecutivo de la UEFA, fallecido el pasado domingo