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La gran industria española carga abiertamente contra la política verde de Zapatero

Informe de Confemetal sobre cambio climático

 Informe de Confemetal sobre cambio climático
LD (M. Llamas) El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, considera que España debe “alejarse del carbono y el petróleo sin acercarse a la nuclear”. La industria del metal (Confemetal), de un modo hasta ahora inédito, critica duramente la política energética del PSOE a través de un informe. Apostar por Kioto y las energías renovables sumirán al país en un abismo energético de graves consecuencias a corto plazo.
 
Las cartas vuelven a estar encima de la mesa en materia energética. Zapatero volvió a reiterar ayer, durante el debate de investidura, su férreo compromiso en la lucha contra el cambio climático. La economía española debe “alejarse del carbono y el petróleo sin acercarse a la energía nuclear”, señaló.
 
Asimismo subrayó que una de las prioridades de su Gobierno será "el desarrollo de todo lo que signifique energías renovables". En este sentido, mostró su convencimiento de que los países que "liderarán el futuro" serán aquellos que apuesten por la lucha contra el temido calentamiento global a través de un “desarrollo económico sostenible” basado en la energía limpia (entiéndase renovables).
 
Sin embargo, el órdago energético de Zapatero puede suponer una abultada factura para la economía del país, de consecuencias muy graves a corto y medio plazo. En un acto de posicionamiento insólito hasta el momento en materia energética, la patronal que engloba la industria del metal (Confemetal) ha cargado abiertamente contra la política verde del PSOE a través de un duro informe.
 
La ineficacia de Kioto y las energías renovables centran las críticas de la industria. "Las energías renovables son caras y su viabilidad está inevitablemente ligada a las subvenciones". Además, "su nivel de producción es poco previsible y su efecto negativo sobre el medio ambiente tampoco es despreciable”. Y es que, según dicho documento, debe partirse de la “premisa de que el impacto cero sobre el medio ambiente no existe, por más de que sea un argumento generalmente aceptado el de la amistad medioambiental de ciertas fuentes energéticas”.
 
La patronal muestra su “inquietud” por las “indecisiones e indefiniciones políticas” sobre el uso de determinadas tecnologías de base de generación eléctrica, que “en nada contribuyen a clarificar la situación y que, por el contrario, están agrandando nuestra débil situación energética y perjudicando gravemente nuestra competitividad empresarial”, señala el estudio.
 
Hay que cuestionar el origen del cambio climático
 
Además, el Gobierno ha introducido en los últimos años “importantes modificaciones y rectificaciones en el sistema regulatorio del sector” que, como consecuencia, han generado “un mercado con disfunciones y rigideces derivadas de la excesiva intervención administrativa que perjudican enormemente el suministro, sus precios y su previsibilidad” a corto y medio plazo. 
 
El problema, según el informe, está en el modelo energético español, que sigue siendo muy “vulnerable”. “Si el desarrollo sostenible ha depender de las energías renovables, hoy por hoy, son más las esperanzas que las realidades inmediatas, a no ser que se produzca un cambio drástico a medio plazo”.
 
Así, los “gobiernos de todos los niveles” se empeñan en favorecer este tipo de fuentes “con costosas subvenciones que, obviamente, elevan por vías indirectas muy significativamente los precios reales de la energía”, añade la patronal.
 
Además, los biocombustibles, tal y como reconoce la OCDE, suponen un extra coste “considerable” de la tonelada de CO2 evitada por esta vía En 2030, el ahorro de emisiones de CO2 sería del 0,5 por ciento del total mundial.
 
En este sentido, la propia OCDE se pregunta si “es peor el remedio que la enfermedad”, ya que es “muy limitado el potencial de las actuales tecnologías de fabricación de biocombustibles para mejorar el medio ambiente y contribuir a las necesidades del sector del transporte sin comprometer los precios de los alimentos”.
 
Por todo ello, dado su elevado coste e imprevisibilidad, el Gobierno no puede convertir las renovables “en la columna vertebral del sistema energético, sin grave riesgo del abastecimiento y de la competitividad del conjunto de la economía”.
 
Kioto tampoco solucionará nada. “Entre las causas de las emisiones de gases de efecto invernadero que Kioto y post Kioto quieren paliar, la principal, con diferencia, es el empleo de combustibles fósiles que suponen casi el 90 por ciento de las fuentes de la energía primaria consumida, y cuyo consumo y las emisiones que produce aumentarán hasta 2020, según la Agencia Mundial de la Energía, en una proporción de alrededor del 50 por ciento”, indica el estudio.
 
Tal y como reconoce el propio Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, “los efectos del cumplimiento de Kioto sobre el calentamiento global, aun si se cumpliera completamente o, incluso, si se superase dentro de lo posible el Protocolo, serían insignificantes”, añade la patronal.
 
La energía nuclear es “imprescindible”
 
Es más, “contra lo políticamente correcto”, el informe se arriesga a afirmar que “los cambios climáticos siempre han existido en la Tierra, que la responsabilidad de la actividad humana sobre ellos está por probarse científicamente, y que lo que diferencia la situación actual es fundamentalmente un alarmismo político y mediático excesivo, lleno de exageraciones, cuando no de falsedades, que ni siquiera tiene la utilidad de poner el acento sobre el erróneo modelo energético que tenemos”.
 
Ahora bien, la industria indica que “el cambio climático (mito o realidad científica) es una realidad política y a ella hay que atenerse”. Sin embargo, la carencia en España de “un suministro de energía seguro, fiable y barato” seguirá poniendo “en peligro el bienestar, y desarrollo económico y social” del país.
 
En este sentido, Confemetal urge al Gobierno a apostar firmemente por la energía nuclear, tal y como está sucediendo en otros países de la UE (Finlandia, Francia o Gran Bretaña), y por el desarrollo de nuevas técnicas como la captura de CO2 en la atmósfera.
 
Resulta “ingenuo pensar que, tanto las necesidades de consumo como las de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) puedan hoy cubrirse renunciando a la energía nuclear”. En consecuencia, el informe concluye que “si algún debate serio, documentado y sin apriorismos es necesario en España es el de la energía nuclear, o tendremos que afrontar consecuencias que podrían ser graves a corto plazo”.

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