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El otro feminismo de la izquierda

Coincidiendo con la conformación del nuevo Gobierno de Zapatero, con más ministras que ministros, el PSOE y la izquierda mediática se han apresurado a defenderse de las críticas machistas que pudiera despertar el hecho de que una mujer estuviera al frente de Defensa o su condición de embarazada. El ejemplo más claro fue la Ser con la carta-panfleto repleta de insultos que escribió el director de la emisora contra los periodistas que, a su juicio, arremetían contra las mujeres con altos cargos. Lo cierto es que buena parte de las bromas machistas provienen, en realidad, de los medios cercanos a la izquierda.

Coincidiendo con la conformación del nuevo Gobierno de Zapatero, con más ministras que ministros, el PSOE y la izquierda mediática se han apresurado a defenderse de las críticas machistas que pudiera despertar el hecho de que una mujer estuviera al frente de Defensa o su condición de embarazada. El ejemplo más claro fue la Ser con la carta-panfleto repleta de insultos que escribió el director de la emisora contra los periodistas que, a su juicio, arremetían contra las mujeres con altos cargos. Lo cierto es que buena parte de las bromas machistas provienen, en realidad, de los medios cercanos a la izquierda.
(Libertad Digital) En el anuncio de la composición del nuevo Gobierno, el propio José Luis Rodríguez Zapatero puso el énfasis en la mayoría de mujeres en el nuevo Ejecutivo así como en el nombramiento de Chacón por convertirse en la primera mujer española al frente de Defensa. Su política de gestos se completaba con la creación de un ministerio de la Igualdad con competencias poco claras del que sería titular la ministra más joven de la democracia española, en un nuevo récord del recién creado gabinete.
 
Al día siguiente, José Antonio Alonso, antecesor en el cargo de Carmen Chacón, pidió que se enmarcara el nombramiento en la más "absoluta normalidad". Pero lo cierto es que había sido el mismo presidente del Gobierno quien destacara más su sexo que sus capacidades intelectuales al anunciar su nuevo cargo.
 
Desde distintos medios, se ha criticado el diseño de un gabinete en el que parece haber primado más la imagen y la novedad que una voluntad de eficacia y servicio a los españoles. Desde el PSOE se insistía, mientras, en defender la valía de las ministras independientemente de su condición de mujer.
 
El punto culminante de las sucesivas reacciones llegó con la estrambótica carta escrita por el director de la Ser, Daniel Anido, contra periodistas con nombres y apellidos que, a su juicio, se habrían mostrado machistas en sus críticas contra los nuevos nombramientos. Anido no dudó en adornar su alegato de insultos e injurias en una misiva que pretendía, paradójicamente, promover el respeto a las recién llegadas al gabinete de Zapatero.
 
Lo cierto es que, al revisar lo que de las ministras han dicho en medios en principio nada sospechosos de críticas machistas, el feminismo que dice predicar la izquierda queda bastante diluido. Las bromas de programas humorísticos en cadenas como Cuatro o La Sexta pecan de prejuicios sexistas y hacen uso del chiste fácil al referirse, en particular al estado de gestación de Chacón.
 
Un ejemplo son las bromas que recoge el programa Noche Hache sobre la nueva ministra. La presentadora bromea con el hecho de que en el gabinete habrá "más faldas y pantalones" y también se permite un chiste con el "bombo" de la nueva titular de Defensa. "Ellos con los trombones… y ella con el bombo", afirma Eva Hache tras la emisión de unas imágenes de la ministra pasando revista a las tropas.
 
Andreu Buenafuente, mientras, se pregunta sobre las consecuencias que los antojos de la embarazada Chacón podrían tener en la política exterior española. Según dice el presentador de La Sexta, le podría dar, por ejemplo, "por invadir Portugal". De nuevo en Cuatro, Pablo Motos, de El Hormiguero, rescata las imágenes de Chacón pasando revista para afirmar que todos se cuadraron a la orden de la ministra, incluido su propio hijo en el interior de su vientre.
 
A la vista de estos ejemplos, así como de la defensa preventiva de las recién nombradas ministras, cabe preguntarse si ese feminismo que se propugna desde ciertos ámbitos no esconde, en realidad, un machismo mucho más acusado que el que dicen combatir…     

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