LD (EFE) Los tripulantes gallegos del atunero "Playa de Bakio", secuestrado en el cuerno de África por piratas somalíes, llegaron este viernes al aeropuerto de Peinador, en Vigo, cansados pero aliviados de poder ver a sus familias tras la dura experiencia vivida: "Pensamos que no volveríamos a ver esta tierra", dijo uno de ellos. Según el patrón, Amadeo Álvarez, para los secuestradores, la vida de los tripulantes "vale menos que una cucaracha". Sobre el rescate ha respondido De la Vega, con su habitual altanería: "El Gobierno ha hecho todo lo que debía hacer y nada de lo que no debía hacer".
Ocho marineros del "Playa de Bakio" ,vecinos de municipios del sur de Galicia, han aterrizado en el aeropuerto de Vigo después de que llegasen a Torrejón de Ardoz, procedentes de las Islas Seychelles. Todos fueron recibidos por el presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, y por sus familiares.
El contramaestre del atunero, Angel Fernández, habló a la prensa para contar los momentos más duros de la experiencia: cuando fueron asaltados mientras cenaban y al final, antes de la liberación, momento en que fueron echados a tierra y amenazados, por lo que pensaron que nunca volverían a ver Galicia.
El marinero, curtido por el sol y con cierto nerviosismo, compareció ante una nube de periodistas para asegurar que los tripulantes del pesquero "venimos de una presión muy fuerte, llevamos siete u ocho días muy mal", y ahora lo importante es estar con la familia. "Indescriptible con palabras, compañero", le dijo a un periodista que le preguntó cómo fue el encuentro con sus allegados en el aeropuerto de Peinador.
Sobre el cautiverio, el contramaestre relató que el asalto se produjo cuando se encontraban cenando. "No nos dieron opción a nada", recordó y explicó que los piratas aparecieron con un lanzagranadas que reventó todos los aparatos del pesquero. Enseguida dijo que "nos ametrallaron con kalashnikov", y "a partir de ahí fuimos rehenes, no tuvimos opción a nada". En todo momento estuvieron incomunicados y estrechamente vigilados con sólo un minuto para ir al baño.
Por su cabeza pasó, reiteró, "que no volveríamos a ver esta tierra", "no vimos el regreso a casa", manifestó el marinero, que insistió en que el barco se encontraba fuera de las 200 millas jurisdiccionales y apuntó que desde su barco no llegaron a ver el patrullero de la Armada que salió en su auxilio.
Amadeo Álvarez, patrón del pesquero indicó que lo más difícil de aguantar en el cautiverio ha sido "las insolencias de esta gente", para quienes la vida de los tripulantes "vale menos que una cucaracha". Unas dos horas después de que regresase junto con los otros siete tripulantes gallegos al puerto de Vigo, Álvarez conversó brevemente frente a su domicilio con un grupo de periodistas que se desplazaron a la localidad pontevedresa de Baiona.
Con aspecto cansado, el veterano marinero, que dijo estar muy preocupado por el estado de su esposa, tremendamente nerviosa, indicó que ahora se encuentra algo más tranquilo, cree que "se pasará" pero todavía tiene "el susto en el cuerpo". Amadeo Álvarez señaló que está tomando pastillas para dormir, ya que durante el cautiverio sólo ha podido descansar unas 10 horas, al igual que el capitán del barco.
A preguntas de qué es lo que ha sido lo más complicado, se refirió al ataque al puente de máquinas por los piratas somalíes. "Lo más duro ha sido aguantar las insolencias de esta gente; para ellos la vida vale menos que una cucaracha y nos trataron muy mal", afirmó. "No temíamos por la vida" en todo el proceso, pero, sí el último momento, cuando los piratas "nos tiraron como colillas" en el suelo del barco, poco antes de la liberación.
Al igual que su compañero el contramaestre Angel Fernández, que compareció al llegar al aeropuerto de Vigo en representación de los compañeros, dijo no saber cómo ha sido la negociación para que los marineros fuesen liberados. Finalmente, aprovechó su conversación con la prensa para agradecer el apoyo mostrado por los gallegos hacia la tripulación "y a toda España".
Con aspecto cansado, el veterano marinero, que dijo estar muy preocupado por el estado de su esposa, tremendamente nerviosa, indicó que ahora se encuentra algo más tranquilo, cree que "se pasará" pero todavía tiene "el susto en el cuerpo". Amadeo Álvarez señaló que está tomando pastillas para dormir, ya que durante el cautiverio sólo ha podido descansar unas 10 horas, al igual que el capitán del barco.
A preguntas de qué es lo que ha sido lo más complicado, se refirió al ataque al puente de máquinas por los piratas somalíes. "Lo más duro ha sido aguantar las insolencias de esta gente; para ellos la vida vale menos que una cucaracha y nos trataron muy mal", afirmó. "No temíamos por la vida" en todo el proceso, pero, sí el último momento, cuando los piratas "nos tiraron como colillas" en el suelo del barco, poco antes de la liberación.
Al igual que su compañero el contramaestre Angel Fernández, que compareció al llegar al aeropuerto de Vigo en representación de los compañeros, dijo no saber cómo ha sido la negociación para que los marineros fuesen liberados. Finalmente, aprovechó su conversación con la prensa para agradecer el apoyo mostrado por los gallegos hacia la tripulación "y a toda España".