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La dictadura birmana niega los visados al personal de la ONU para asistir a los damnificados

Mientras siguen apareciendo muertos y heridos tras el paso del ciclón Nargis, Naciones Unidas ha denunciado que la negativa de la Junta Militar de Birmania a conceder visados a su personal para asistir al los damnificados no tiene "precedentes en los esfuerzos modernos de ayuda humanitaria". El régimen dio la bienvenida a la asistencia internacional, pero aseguró que no necesita cooperantes extranjeros y que el material de emergencia debe ser repartido por funcionarios oficiales y ciudadanos birmanos.

Mientras siguen apareciendo muertos y heridos tras el paso del ciclón Nargis, Naciones Unidas ha denunciado que la negativa de la Junta Militar de Birmania a conceder visados a su personal para asistir al los damnificados no tiene "precedentes en los esfuerzos modernos de ayuda humanitaria". El régimen dio la bienvenida a la asistencia internacional, pero aseguró que no necesita cooperantes extranjeros y que el material de emergencia debe ser repartido por funcionarios oficiales y ciudadanos birmanos.
L D (EFE) Un portavoz del Programa Mundial de Alimentos explicó que esta agencia ha solicitado 10 visados para sus trabajadores, entre ellos seis expertos afincados en Bangkok. Sin embargo, ninguno de los documentos podrá ser emitido este viernes, al ser jornada de fiesta nacional en Tailandia.
 
Previamente, el régimen dio la bienvenida a la asistencia internacional, pero aseguró que no necesita cooperantes extranjeros y que el material de emergencia debe ser repartido por funcionarios oficiales y ciudadanos birmanos. Casi una semana después de que la tormenta arrasara el sur del país, la mediación de Tailandia logró que el régimen birmano aceptara a última hora de anoche tres millones de dólares en ayuda de Estados Unidos. Washington tiene impuestas sanciones contra Birmania y exigió que personal estadounidense pueda supervisar la entrega del material.
 
En las regiones más devastadas, el hambre comienza a tornarse en desesperación, y ya se han producido los primeros enfrentamientos y peleas por acceder a la asistencia internacional, pues los precios de los alimentos básicos se han disparado por la especulación y la creciente demanda.
 
La tan esperada ayuda comenzó a llegar el miércoles en cuentagotas a las regiones de Irrawaddy, Pegu y Rangún y los estados Karen y Mon, donde se mantiene el estado de emergencia por el ciclón que ha causado al menos 23.000 muertos y 42.000 desaparecidos, según los datos oficiales. Mientras tanto, el aparato de propaganda del régimen continúa ocultando a la población la auténtica magnitud del desastre.
 
 

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