Kohlmann le respondió que "ésa es una de las opciones que usted tiene" y le preguntó si entendía que puede llegar a ser condenado a muerte.
"Eso es lo que quiero. Hace mucho que pretendo ser un mártir", afirmó Mohamed que fue capturado en Pakistán en 2003. El supuesto cerebro del Once de Septiembre dijo que no aceptará a ningún abogado de EEUU dado su política exterior en Afganistán, Irak y "la Tierra Santa".
El magistrado insistió en que es "poco recomendable" defenderse a sí mismo y le instó a cambiar de opinión, pero Mohamed no quiso cambiar de opinión.
"El tribunal acepta esa decisión hoy", dijo Kohlmann, quien le advirtió de que los abogados "no hablarán por usted en estos procedimientos", lo que Mohamed aceptó.
El juez dijo que su abogado militar lo seguirá asesorando, pero dijo que estudiará si sus letrados civiles podrán seguir en el caso o no, dado que ya no le representarán.
El terrorista de Al Qaeda estuvo bajo custodia de la CIA en lugares secretos desde 2003 hasta 2006, fecha en la que ingresó en la cárcel de la Bahía Guantánamo.
Mohamed pidió también poder hablar con los otros cuatro presuntos miembros de Al Qaeda junto a los cuales está siendo procesado, pero Kohlmann dijo que no permitirá "una defensa conjunta".
El presunto inductor de los atentados de las Torres Gemelas -según su propia confesión- apareció hoy públicamente por primera vez desde su captura, ataviado con una túnica y gorro blancos, los que, según la coronel del Ejército Wendy Kelly, usan normalmente los prisioneros en Guantánamo.
Tiene una barba larga y canosa que difiere de las imágenes distribuidas por el Pentágono cuando fue arrestado en Pakistán, en las que aparecía con bigote. El inicio del juicio está previsto para el próximo 15 de septiembre, cuatro días después del séptimo aniversario de la masacre.
Comparecen el resto de acusados
También comparecieron este jueves Ali Abdul Aziz Ali, Walid bin Attash, Ramzi Binalshibh y Mustafa al-Hawsawi.
Binalshibh presuntamente estaba destinado a ser uno de los secuestradores, pero no pudo lograr un visado para entrar en Estados Unidos, por lo cual se convirtió en su principal intermediario con Mohamed.
Ali supuestamente se ocupó de enviar dinero a los secuestradores y al-Hawsawi fue su asistente. Bin Attash presuntamente entrenó a algunos de ellos.
La fiscalía ha pedido la pena de muerte para los cinco. Todos estuvieron confinados en prisiones secretas de la CIA desde su captura hasta septiembre de 2006, cuando fueron trasladados a Guantánamo.