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La hija-nieta de Josef Fritzl se reúne con su madre y sus hermanos tras salir del coma

Kerstin, la mayor de las hijas nacidas de las violacio nes de Josef Fritzl a su hija Elisabeth, se reunió el domingo con el resto de su familia tras haber sido despertada de un coma inducido. "Hola. Una nueva vida", fueron sus primeras palabras al despertar. La familia continúa viviendo en un recinto hospitalario de Amstetten para evitar a los fotógrafos.

Kerstin, la mayor de las hijas nacidas de las violacio nes de Josef Fritzl a su hija Elisabeth, se reunió el domingo con el resto de su familia tras haber sido despertada de un coma inducido. "Hola. Una nueva vida", fueron sus primeras palabras al despertar. La familia continúa viviendo en un recinto hospitalario de Amstetten para evitar a los fotógrafos.
L D (EFE) Así lo confirmó hoy Albert Reiter, el director del equipo médico que atendió a la joven de 19 años, sometida al coma tras su ingreso hospitalario el 19 de abril y que destapó el caso de secuestro y abuso. Reiter dijo que gracias a la aplicación de técnicas modernas de medicina intensiva, como el coma inducido, Kerstin pudo superar el cuadro clínico de fallo múltiple de órganos vitales.

Según Reiter, el pasado 15 de mayo Kerstin abrió los ojos por primera vez y mostró reacciones emocionales, respondiendo incluso a las sonrisas del personal sanitario. A partir de ese momento, los médicos permitieron las visitas de su madre, algo que ha sido esencial en la recuperación de la joven. "Con su afecto y amor motivó a Kerstin" en las actividades de recuperación, indicó el médico.

Posteriormente, el día 1 de junio, los doctores retiraron los tubos de respiración asistida. El médico explicó que las primeras palabras de Kerstin tras despertar del coma inducido fueron: "Hola. Una nueva vida". La recuperación de la paciente fue muy rápida y "avanzó cada día", dando sus primeros pasos en los pasillo de la unidad de cuidados intensivos del hospital.

Kerstin abandonó el pasado domingo el hospital de Amstetten para trasladarse a la clínica psiquiátrica cercana de Amstetten-Mauer, donde su madre, su abuela y sus cinco hermanos reciben tratamiento médico y psicológico desde que salió a la luz el caso. Berthold Kepplinger, director de esta institución, se refirió a la "sorprendente mejoría" de la joven y explicó a la prensa que Kerstin "sabe leer y escribir, es muy buena en comunicación y ha mostrado deseos".

Entre otros, la joven ha manifestado su interés por realizar un viaje en barco y por asistir a un concierto del cantante Robie Williams, cuya música ha estado escuchando en la clínica. Según los dos doctores, aunque Kerstin necesitará fisioterapia y un programa de vacunación para estabilizar su sistema inmunológico, su recuperación física será total, pero no quisieron concretar las causas de la enfermedad, sobre la que se ha especulado puede estar relacionada con el incesto.

Respecto a su situación anímica, Kepplinger indicó que la joven "está traumatizada" y que precisará terapia psicológica. Kepplinger calificó de "conmovedor" el momento en que la familia Fritzl se reunió al completo.

El psiquiatra explicó que las "dos partes de la familia" (los tres niños que vivieron normalmente con sus abuelos y los que nacieron y permanecieron encerrados en el sótano) tienen un ritmo de vida distinto sobre el que aún "han de ponerse de acuerdo". "Para algunos, las pequeñas novedades son grandes vivencias y para otros es aburrido", indicó el doctor.

En cualquier caso, todos los miembros de la familia "están muy felices de estar por primera vez juntos", según el abogado de Elisabeth, Christoph Herbst. "Para todos es muy bonito el sentimiento de que por primera vez, de verdad, pueden encontrarse unos a otros", añadió.

El jurista reconoció que nadie contaba con que ese reencuentro "pudiera producirse deforma tan rápida y tan positiva" y calificó la evolución de Kerstin de "milagro". Sobre la relación con Josef Fritzl, los doctores indicaron que el asunto está siendo tratado por los terapeutas y que la actitud de los seis hermanos es "ambivalente", con actitudes distintas entre los chicos y la chicas aunque no quisieron entrar en detalles al respecto.

Elisabeth, su madre, Rosemarie, y sus seis hijos, se mudaron recientemente a un piso propio, dentro del recinto de la clínica y bajo la vigilancia y supervisión de personal médico y de seguridad. "La familia tiene un ritmo de vida normal, en un ambiente normal", relató Herbst.

En ese sentido, el letrado de las víctimas pidió a los medios respeto a la intimidad de Elisabeth y su familia, y solicitó que acabe el asedio de fotógrafos a la caza de imágenes, para evitar que el espacio vital de la familia "no se vuelva a limitar". Herbst explicó que para los niños que vivieron toda su vida en el sótano es especialmente importante poder estar fuera, disfrutar de la naturaleza y "vivir nuevas experiencias".

También insistió en que Elisabeth y sus hijos no se presentarán ante la opinión pública y que su testimonio ante el juez que lleva el caso de secuestro y violación no se producirá aún, tal y como han recomendado los médicos. El padre y secuestrador Josef Fritzl, detenido en un centro penitenciario de Sankt Pölten, capital del Estado de Baja Austria, sigue en prisión preventiva, prolongada el pasado viernes.

Fritzl, un técnico electricista jubilado de 73 años, fue detenido el 26 de abril acusado de haber mantenido encerrada a su hija en un zulo subterráneo construido en el sótano de su casa familiar, y de haberla sometido a incontables abusos sexuales. De las violaciones nacieron siete hijos, de los que uno murió en 1996 al poco de nacer.

Tres de ellos fueron adoptados oficialmente por Fritzl y su esposa, Rosemarie, tras simular que Elisabeth había huido del hogar para refugiarse en una secta desconocida y había abandonado a sus bebés delante de la casa de sus padres.

Los otros tres hijos de Elisabeth, incluida Kerstin, nacieron y vivieron siempre bajo tierra, sin ver la luz del sol hasta hace unas semanas.

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