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Mueren 15 inmigrantes, entre ellos nueve bebés, cuando intentaban llegar en patera

Salvamento Marítimo pudo rescatar anoche a 33 inmigrantes que viajaban a bordo de una patera mientras que 15, entre ellos 9 bebés, perecieron en la travesía. Los supervivientes "llevaban entre cinco y siete días en alta mar" y presentaban quemaduras tan graves "como para perder el conocimiento". Cuatro heridos permanecen ingresados en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Torrecárdenas (en la capital almeriense) y están muy graves, entre ellos el único bebé superviviente. El resto se encuentra en módulos de acogida donde reciben ayuda psicológica.

Salvamento Marítimo pudo rescatar anoche a 33 inmigrantes que viajaban a bordo de una patera mientras que 15, entre ellos 9 bebés, perecieron en la travesía. Los supervivientes "llevaban entre cinco y siete días en alta mar" y presentaban quemaduras tan graves "como para perder el conocimiento". Cuatro heridos permanecen ingresados en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Torrecárdenas (en la capital almeriense) y están muy graves, entre ellos el único bebé superviviente. El resto se encuentra en módulos de acogida donde reciben ayuda psicológica.
L D (EFE) En pleno debate político en el seno de la UE sobre inmigración o sobre la participación de los extranjeros en las elecciones, la muerte de quince personas, nueve de ellas bebés, cuando trataban de alcanzar las costas españolas, ha vuelto a mostrar el rostro más dramático de este fenómeno.
 
El suceso más trágico del año concluyó anoche cuando una lancha de Salvamento Marítimo rescataba a los 33 supervivientes de una patera y los trasladaba al puerto de Almería. Según el coordinador provincial de Cruz Roja, Francisco Vicente, la experiencia de estos 33 supervivientes es la más "indescriptible y lamentable" que ha visto la organización en los últimos años.
 
Los supervivientes, que "llevaban entre cinco y siete días en alta mar" a bordo de una zodiac de seis metros de eslora, tuvieron que ser evacuados de la embarcación por agentes de la Guardia Civil y voluntarios de la Cruz Roja, incapaces de sostenerse en pie. Presentaban además quemaduras tan graves "como para perder el conocimiento", según Vicente.
 
De acuerdo con el "escalofriante" relato de los supervivientes, el cayuco salió con 48 personas a bordo pero, durante la travesía, un temporal con vientos de más de 70 kilómetros por hora y olas de más de cuatro metros inutilizó el único motor de la embarcación que durante varios días viajó a la deriva sin agua ni alimentos suficientes para todos.
 
El saldo de este trágico incidente ha sido quince muertos, 14 de ellos fueron arrojados por la borda -nueve de ellos eran bebés- y una mujer murió mientras era trasladada al hospital. Además, hay cuatro heridos que permanecen ingresados en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Torrecárdenas (en la capital almeriense) y que están muy graves.
 
Se trata del único bebé superviviente (de escasos meses), que tiene quemaduras graves, fiebre alta y problemas respiratorios, y tres mujeres, una de ellas que estaba en estado de gestación ha perdido el hijo que esperaba.
 
El resto de los supervivientes permanece en los módulos de acogida del puerto de Almería, donde reciben tratamiento psicológico, especialmente las madres que han perdido a sus hijos.
 
Los inmigrantes que viajaban en esta patera no son los únicos que intentaban llegar a las costas españolas. Sólo durante la jornada de este miércoles, cerca de 150 subsaharianos fueron interceptados en tres pateras distintas: la de Almería, otra en Motril (Granada) y una tercera en Melilla.
 
Según datos oficiales, 69 personas han muerto en lo que va de año cuando trataban de llegar al sur de España, pero las ONG de la zona elevan la cifra a un millar. La cifra real es difícil de determinar pues la mayoría de los inmigrantes muertos durante las travesías desaparece en las aguas y tan sólo los testimonios de los supervivientes permiten hacer un cálculo aproximado.
 
Según los supervivientes, los ocupantes de la patera proceden de varios países, entre ellos Nigeria, Gambia, Kenia, Camerún y Senegal, pero la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, ha dicho que todavía "están en periodo de identificación" y que, por ahora, sólo se sabe que "la mayoría de ellos son subsaharianos".
 
El delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, ha manifestado que, aunque con carácter general "quien entra en España ilegalmente tiene que ser devuelto a su país", "cuando hay una situación excepcional, puede haber tratamientos excepcionales".
 
Este suceso ha conmocionado a la sociedad pública, empezando por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien ha pedido a la UE y al Grupo de los Ocho que aumenten la ayuda al desarrollo para evitar este "drama terrible, casi insoportable". "O ayudamos a África, o ayudamos en la lucha contra la miseria y la desesperación, o nuestro futuro colectivo como espacio de progreso y bienestar se puede poner en cuestión", ha dicho Zapatero durante una visita oficial a Grecia.
 
El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, ha lamentado que ante los "efectos trágicos" de esta realidad se vuelva la cabeza y se mire "hacia otro lado". Desde la oposición, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha lamentado el trágico suceso y ha reclamado "una movilización pública" en España para exigir que se acabe "de forma contundente" con las mafias que trafican con personas.

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