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Leticia Moracho sólo puede ver a su hija el día 15 de los meses impares 5 horas

Leticia Moracho siente "pánico" de tener que viajar a Basora (Irak) porque es consciente de que su vida "corre peligro", pero el deseo de ver a su hija Sara, de 10 años, "está por encima de todo". "El padre de mi hija es un pederasta", ha declaro Leticia, que sólo puede ver a su hija un día cada dos meses y unas pocas horas.

L D (EFE) Así lo ha declarado a EFE en el aeropuerto de Madrid-Barajas, minutos antes de embarcar hacia Basora, acompañada por su primo Javier Preciado.

Pretenden llegar el próximo día 14, cogiendo un vuelo en Viena, que les llevará primero hasta Arbil, capital del Kurdistán, y luego a Basora, donde piensan alojarse en un hotel.

La justicia iraquí ha dictado que Isabel podrá ver a su hija el día 15 de los meses impares del año, desde las 8.00 horas hasta las 14.00 horas, por lo que el próximo martes será el primer día que podrá estar con ella.

El padre se llevó a Sara a su país en septiembre del 2006, "aprovechando un fin de semana" que Leticia se la dejó para que pudieran verse, ya que acababan de romper el vínculo sentimental que les había unido durante 16 años.

Leticia Moracho, era una viuda, que tenía dos hijos pequeños cuando le conoció.

"Quiero declarar en letras bien grandes que el padre de mi hija pequeña es un pederasta y que este fue el motivo de la ruptura de mi relación con él. Me enteré cuando mis otros dos hijos me contaron que habían sufrido tocamientos de niños. Ahora tienen 20 y 22 años".

También quiere que se ponga "en letras bien grandes, y con todo el dolor de mi corazón", que durante estos dos años se ha sentido mejor tratada por la embajada iraquí en España que por el ministerio de Asuntos Exteriores, que les ha advertido de que no tiene posibilidad de protegerles en Basora.

Este hecho les "indigna", tanto a ella como a su primo Javier Preciados, quien también confiesa "su pánico" por tener que ir a esta ciudad iraquí, situada a más de 500 kilómetros al sur de Bagdad.

Además les han dicho que el padre de Sara es simpatizante de las milicias de Almadi.

En sus declaraciones a Efe, Leticia ha asegurado que nunca estuvieron casados, pero que él le entregó a la justicia iraquí una documentación falsa que acredita que sí hubo matrimonio, con el fin de lograr la custodia de la niña, que finalmente ha obtenido.

Confiesan que los temores son muchos: que a Sara la hayan hecho un "lavado de cerebro" contra su madre, que no cumplan la sentencia judicial y no la dejen estar con su hija, las condiciones de vida de la niña...

Leticia está en tratamiento psicológico y tiene que tomar antidepresivos.

Afirma que lleva 19 meses "sin ser persona", que ya no sabe qué hacer para recuperar a Sara: si encadenarse ante el ministerio de Asuntos Exteriores; que él se la llevó por venganza tras la ruptura de relaciones y que el año pasado viajaron dos veces a Kuwait, para intentar rescatarla, pero no tuvieron éxito.

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