LD (EFE) Con sede en Zúrich, UBS es la mayor entidad bancaria suiza y emplea a unas 80.000 personas en el mundo, donde es líder en gestión de fortunas y uno de los principales bancos de inversión. La oficina del fiscal detalló hoy en un comunicado que, según la demanda, los clientes del banco tienen deuda a largo plazo con tipos de interés subastables (un instrumento financiero conocido como ARS) por valor de 25.000 millones de dólares.
Esa deuda, que no puede hacerse efectiva dada la falta de liquidez del mercado, es, según el fiscal neoyorquino, "resultado de las distorsiones fraudulentas y conducta ilegal de UBS", ya que el banco suizo la "comercializó como inversión a corto plazo y con capacidad para hacerse líquida". Cuomo cree que desde finales de 2007 "UBS sabía que el mercado de los ARS cada vez estaba más tirante" e incluso creó un grupo de trabajo para estudiar qué medidas se podían tomar para hacer frente a la situación.
Sin embargo, el fiscal afirma que "la única medida que se aplicó repetidamente fue la de redoblar los esfuerzos de venta".
Además, Cuomo acusa a varios altos cargos del banco de actuar de forma incorrecta al desprenderse apresuradamente de deuda que tenían a nivel personal bajo ese tipo de instrumento financiero, cuando se dieron cuenta de que el mercado crediticio empezaba derrumbarse por problemas de liquidez.
Según la demanda, existen correos electrónicos que muestran los esfuerzos de los ejecutivos del banco para deshacerse de esa deuda.
"UBS no sólo es culpable de una flagrante violación de la confianza entre el banco y sus clientes, sino que sus máximos ejecutivos abandonaron el barco en cuanto comenzó el derrumbe del mercado, dejando a miles de clientes en la estacada", defendió Cuomo en el comunicado.
La demanda presentada por el fiscal general de Nueva York pretende obligar a UBS a recomprar estos instrumentos de deuda a sus clientes a su valor nominal.
El pasado mes de mayo, UBS anunció unas pérdidas de 11.535 millones de francos (unos 7.000 millones de euros) en el primer trimestre del año y adelantó que las condiciones difíciles se mantendrán a lo largo del año.
Poco después de publicar esos datos, UBS envió una carta a sus clientes en la que afirmaba que entendía "los temores y la decepción" por esos resultados.