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Sebastián quiere reducir los límites de velocidad en carretera "para ahorrar energía"

El ministro de Industria, Miguel Sebastián, no quiere oir hablar de la energía nuclear para reducir la dependencia energética de la economía española. Este martes presentó un plan de ahorro que apuesta por las renovables, los coches eléctricos, la reducción de las velocidades máximas en las carreteras, el uso de bicicletas, las bombillas de bajo consumo y la eficiencia del aire acondicionado en los centros comerciales y edificios públicos, excepto en hospitales. Mientras España sigue importando energía de Francia, en su mayoría de origen nuclear, y el Gobierno se niega a abrir el debate sobre esta energía.

El ministro de Industria, Miguel Sebastián, no quiere oir hablar de la energía nuclear para reducir la dependencia energética de la economía española. Este martes presentó un plan de ahorro que apuesta por las renovables, los coches eléctricos, la reducción de las velocidades máximas en las carreteras, el uso de bicicletas, las bombillas de bajo consumo y la eficiencia del aire acondicionado en los centros comerciales y edificios públicos, excepto en hospitales. Mientras España sigue importando energía de Francia, en su mayoría de origen nuclear, y el Gobierno se niega a abrir el debate sobre esta energía.
LD (Lorenzo Ramírez) El nuevo plan amplía el presentado hace un año por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, ya que, según explicó Sebastián, los precios del petróleo se han incrementado en los últimos meses de forma espectacular, lo que ha obligado a revisar las medidas planteadas en el anterior plan de ahorro.
 
Industria pretende que en España haya un millón de vehículos híbridos y eléctricos en 2014, "en su mayor parte fabricados aquí", explicó el ministro, para lo que está trabajando con el sector de la automoción y las administraciones autonómicas."El vehículo eléctrico es el futuro y el motor de la revolución industrial" aseguró Sebastián durante su comparecencia.
 
Asimismo, señaló que en tres meses se reducirán los límites de velocidad en un 20 por ciento en el acceso de ciudades y las vías de circunvalación de gran capacidad. "Cada vez que levantamos el pie del acelerador mejoramos la renta nacional y el empleo", insistió Sebastián, quien aseguró que el transporte supone el 40 por ciento del consumo energético.
 
El ministro llegó a comparar el consumo energético con el tipo de cambio de las divisas, ante la sorpresa de los parlamentarios. “Con el euro ya no podemos acudir al tipo de cambio para modificar nuestra política económica, pero el ahorro energético equivale a una devaluación de la moneda que, además, no genera inflación, por lo que la ganancia de competitividad es permanente”, dijo Sebastián.
 
Además, explicó que el elevado peso del combustible de los combustibles fósiles, un 84 por ciento, en el consumo energético español, junto a la intensidad energética (un 20 por ciento superior a la media de la Unión Europea), han "empobrecido" a España en 17.000 millones de euros en el último año, lo que equivale a un 1,55 por ciento del PIB.
 
Los ciudadanos, culpables de la dependencia
 
Y los encargados de ahorrar serán, como siempre los ciudadanos, aunque el proyecto incluye propuestas de reducción de la factura de empresas y Administraciones Públicas. Sebastián llegó incluso a citar al ex presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, cuando espetó “no preguntes lo que tu país puede hacer por tí, mejor preguntaté lo que tu puedes hacer por tu país”.
 
La base del plan se encuentra en la apuesta por las energías renovables (como medida a medio y largo plazo) y por la reducción del consumo (como iniciativa a corto plazo). El proyecto, que será aprobado en el próximo Consejo de Ministros, incluye 31 medidas, entre las que destacan la apuesta por los coches eléctricos, el uso de bicicletas, las bombillas de bajo consumo y la reducción del aire acondicionado en los centros comerciales y edificios públicos, excepto en los hospitales.
 
Además, el Ministerio de Defensa cederá parte de su espacio aéreo para que los vuelos comerciales puedan rebajar en un 10 por ciento la extensión de los trayectos, Industria promoverá los servicios de transporte público para que los funcionarios no cojan sus coches para ir a trabajar y se exigirán conocimientos de eficiencia energética en la conducción para poder obtener el permiso de circulación.
 
El plan también contempla obligar a todos los operadores de telefonía móvil a dotar de cobertura a todas las redes de metro en todas las líneas y estaciones, acuerdos con las asociaciones de consumidores para reducir la factura energética de los hogares, apoyo a la eficiencia de las empresas, tanto agrícolas, como industriales y de servicios; y la reducción de las farolas que iluminan las calles y las autopistas y autovías estatales.
 
Sustitución de bombillas
 
En cuanto a los hogares, la medida estrella es la sustitución de las bombillas incandescentes por las de bajo consumo. Industria proporcionará una por hogar en 2008 y otra el siguiente año, además de aprobar un plan de “dos por uno” para que las familias puedan adquirirlas en las tiendas. En total, se repartiran 45 millones de estas bombillas, como paso previo a la eliminación de las incandescentes en 2012.
 
Finalmente, el Ejecutivo quiere que los edificios no residenciales (centros comerciales y oficinas, principalmente) no puedan poner el termostato del aire acondicionado por debajo de los 26 grados en verano, mientras que la temperatura máxima de la calefacción en invierno no podrá ser mayor de 21 grados. Estos criterios afectarán a los edificios públicos que así lo permitan (los hospitales y otros centros especiales no estarán sujetos a esta obligación).
 
“Tercera crisis del petróleo” sin energía nuclear
 
Con todo ello, Industria pretende reducir en un 10 por ciento la dependencia del petróleo española, lo que supone ahorrar alrededor de seis millones de toneladas equivalentes de crudo, es decir, consumir entre 43 y 47 millones menos de barriles de petróleo.
 
Sebastián definió la situación actual como la “tercera crisis del petróleo”, tras las producidas en 1973 y en los primeros años ochenta. Aunque el ministro admitió que la única forma de reducir la dependencia exterior es mediante el apoyo a las energías renovables y con la apuesta nuclear, Sebastián no incluye en ninguna de las 31 medidas del plan de ahorro mención alguna a esta fuente de energía, a pesar de que los ciudadanos no ven con malos ojos que se construyan más centrales.
 
El coste total del proyecto presentado este martes en el Congreso de los Diputados asciende a 245 millones de euros. Sebastián compareció con corbata y cerró así las discrepancias suscitadas con el presidente del Congreso, José Bono, quien le regaló una en el Pleno del pasado dos de julio.

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