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Lluvia de récords y nueva exhibición de Michael Phelps, que ya tiene dos oros

El 'Cubo de Agua' ha sido testigo de lo que ya se conoce como "la carrera del siglo", la más bonita y emocionante final del relevo de 4x100 masculinos. La prueba la ha ganado Estados Unidos, con Michael Phelps a la cabeza. El nadador de Baltimore ya suma dos oros en su intento de superar los siete que consiguió Mark Spitz en Múnich'72. La tercera jornada de natación ha dejado también cuatro nuevos récords del mundo y el pase del español Aschwin Wildeboer a la final de los 100 metros espalda.

El 'Cubo de Agua' ha sido testigo de lo que ya se conoce como "la carrera del siglo", la más bonita y emocionante final del relevo de 4x100 masculinos. La prueba la ha ganado Estados Unidos, con Michael Phelps a la cabeza. El nadador de Baltimore ya suma dos oros en su intento de superar los siete que consiguió Mark Spitz en Múnich'72. La tercera jornada de natación ha dejado también cuatro nuevos récords del mundo y el pase del español Aschwin Wildeboer a la final de los 100 metros espalda.
L D (Antonio Golmar) Tan sólo ocho centésimas de segundo separaron a los ganadores del revelo 4 x 100 libres, los americanos liderados por el incansable Michael Phelps, del equipo de Francia en una final que pasará a la historia como una de las más emocionantes de todos los tiempos. La espectacular remontada del último relevista estadounidense, Jason Lezak, culminada con un  nuevo récord mundial (3:08:24, cuatro segundos menos que el anterior) hará que esta prueba permanezca por mucho tiempo en la memoria de todos los aficionados a la natación.
 
La jornada arrancó con otra plusmarca mundial, la de Kirsty Coventry, la nadadora de Zimbabue que un día antes había conseguido la medalla de plata en 400 estilos, en su semifinal de los 100 metros espalda (58:77). La presión a que se ven sometidos los nadadores para asegurarse un calle central en las finales hace que en este deporte las plusmarcas puedan batirse en cualquier momento.
 
A continuación, Michael Phelps se clasificó para una de sus pruebas favoritas, los 200 metros libres. El norteamericano obtuvo el tercer mejor tiempo debido a la necesidad de reservarse para el resto de las carreras del día. Phelps, que debe su éxito a unas condiciones físicas extraordinarias (hiperflexibilidad, piernas extra largas y un metabolismo peculiar que le permite quemar cantidades enormes de calorías y reservar una parte para recuperarse de los esfuerzos a una velocidad sobrehumana) entrena entre dos y cinco horas seis días a la semana, lo mismo o incluso menos que otros nadadores que sólo se presentan a una o dos pruebas.
 
Pero antes de que “la bala de Baltimore”, como se le conoce entre sus fans, nos sorprendiera de nuevo, el japonés Kosuke Kitajima pulverizaba el récord mundial en los 100 metros braza masculinos (58:91) revalidando el título olímpico conseguido en Atenas. En segundo lugar, el noruego Alexander Dale Oen delante del francés Hugues Doboscq. El bicampeón mundial y poseedor hasta ayer del récord mundial, el norteamericano Brendan Fraser, sólo pudo lograr un cuarto puesto. Triste final de una brillante carrera deportiva que podría concluir en estos Juegos Olímpicos.
 
En los 100 mariposa femeninos, la australiana Elizabeth Trickett, favorita para ganar la prueba, se quedó a pocas milésimas de batir el récord establecido en 200 por la holandesa Inge De Bruijn, considerada una de las mejores mariposistas de todos los tiempos. La norteamericana Christine Magnuson y la también australiana Jessica Schipper completaron el medallero de una carrera en la que no hubo sorpresas. Todo lo contrario de lo que sucedió en los 400 metros libres con el inesperado triunfo de la británica Rebecca Adlington seguida de la norteamericana Katie Hoff y de la compatriota de la primera, Joanne Jackson. La plusmarquista mundial Federica Pellegrini sólo pudo lograr un quinto puesto, un gran contratiempo para la afición italiana.
 
La brillante actuación del equipo B de los EE.UU. en la serie de 4 x 100 libres, con récord mundial incluido, y la gran rivalidad existente entre norteamericanos, australianos, franceses y sudafricanos auguraban una carrera espectacular. Así fue de principio a fin. Australianos, franceses y norteamericanos se alternaron en el liderazgo de la prueba hasta que a falta de un largo Francia parecía haber conseguido la victoria al haber sacado casi un cuerpo de distancia a los EE.UU. Sin embargo, el último relevista de ese país fue capaz de compensar la ventaja gala y alzarse con el triunfo en los últimos cinco metros de la piscina. Australia finalizó en tercer lugar tras perder gas en la última posta de la carrera. Sin embargo, su primer nadador, Eamon Sullivan, favorito en las pruebas de 50 y 100 metros libres, batió el récord mundial de los 100 (47:24). Sullivan es novio de la también nadadora Elizabeth Rice, quien ayer se hacía con el oro en los 400 estilos femeninos.
 
A la una y media de la tarde hora española Phelps saltará de nuevo a la piscina para asegurarse su paso a las semifinales de los 200 metros mariposa, una prueba en la que posee los seis mejores registros de todos los tiempos, incluido el récord mundial logrado en los mundiales de Melbourne de 2007.
 
La buena noticia para España vino de la mano de Aschwin Wildeboer, el hijo español del entrenador holandés del Club Natació Sabadell, en las semifinales de los 100 metros espalda. Su tiempo, el cuarto mejor, le abre la posibilidad de una medalla en la final de mañana y augura una brillante carrera para este nadador de tan sólo 18 años de edad.

 

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