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David Cal se cuelga la plata en C-1 1.000 metros tras una gran remontada

El gallego David Cal se ha proclamado subcampeón olímpico al lograr la medalla de plata en C-1 1.000 metros tras un 'mano a mano' con el húngaro Attila Vajda, a la espera de la final de 500 metros, que vaticina para este sábado otro prometedor duelo, esta vez con el bimedallista olímpico ruso Maxim Opalev. Mientras, el K-4 500 femenino español ha acabado quinto, con lo que repite el diploma olímpico de Atenas 2004.

El gallego David Cal se ha proclamado subcampeón olímpico al lograr la medalla de plata en C-1 1.000 metros tras un 'mano a mano' con el húngaro Attila Vajda, a la espera de la final de 500 metros, que vaticina para este sábado otro prometedor duelo, esta vez con el bimedallista olímpico ruso Maxim Opalev. Mientras, el K-4 500 femenino español ha acabado quinto, con lo que repite el diploma olímpico de Atenas 2004.
(Libertad Digital) El pontevedrés, que había anunciado su objetivo de conseguir dos oros, ha tenido que conformarse con el segundo puesto, y cede la corona de campeón olímpico al húngaro Attila Vadja, que logra la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín, en una regata grandiosa con un igualado final entre ambos. Vadja, actual campeón mundial, salió en la final por la calle número 5, la adjudicada al mejor tiempo de los participantes, consciente de que se presentaba un duelo particular con el español.

El inicio fue una fulgurante arrancada del uzbeco Vadim Menkov, en cabeza hasta la mitad del recorrido para acabar desfondándose al final, sin entrar siquiera en podio. Cal y Vadja ya partieron igualados desde las primeras paladas. El español pasó sexto y el húngaro octavo por los primeros 250 metros. Cal fue el primero en acometer una progresión que le permitió cruzar la mitad de recorrido en segundo lugar, por detrás de un Menkov que ya empezaba a pagar su esfuerzo. A Vadja se le atisbaba en sexto lugar.

Empezó entonces el rugir de una fiera del piragüismo, para el que había llegado el momento de cumplir con el sueño de todo un ciclo olímpico. Pero Vadja llegó a Pekín con un compromiso añadido, el de proclamarse campeón olímpico para dedicarle el oro a Gyorgy Kolonics, el medallista húngaro fallecido este verano a causa de un infarto, con cuyos éxitos ha crecido Attila. Los 200 metros finales desencadenaron ya una pugna titánica entre dos deportistas de una misma generación. Buscó Cal el asalto al liderato de la prueba, que se le resistió durante los 1.000 metros, pero la fortaleza del húngaro resultó incontestable.

El canadiense Thomas Hall ha logrado la medalla de bronce, mientras que el alemán Andreas Dittmer, subcampeón olímpico de la distancia hasta ahora, ha terminado en octava y última posición. El medallista olímpico en cinco ocasiones y poseedor de ocho títulos mundiales, se despide así de una competición que recordará, quizás, como su mayor decepción desde la llegada a la elite. El germano no se clasificó para la final de C-1 500.
 
Diploma para Manchón, Smidakova, Molanes y Portela

La otra embarcación española participante en la penúltima jornada de la competición de piragüismo, el K-4 500 de Beatriz Manchón, Jana Smidakova, Sonia Molanes y Teresa Portela, ha logrado el quinto puesto, que les permite repetir el diploma olímpico conseguido en Atenas'04. Las alemanas, vigentes campeonas olímpicas, han logrado revalidar el título, por delante de sus principales rivales, las húngaras, mientras que las australianas se cuelan en el podio olímpico al conseguir la medalla de bronce, desplazando a las polacas.

Manchón, Smidakova, Molanes y Portela hicieron una buena salida y se mantuvieron en los puestos perseguidores del dúo formado por alemanas y húngaras, que libraban su particular regata. Consiguieron las españolas pasar cuartas a mitad de prueba, a un puesto del podio, que en ese momento incluía a las polacas. Ese era un resultado previsible, pero los 250 últimos metros ofrecieron una remontada de las australianas que les aupó a la medalla de bronce, y desplazó a las polacas al cuarto lugar y a las españolas al quinto, repitiendo el diploma de Atenas.
 
Primer oro para el piragüismo británico

El programa de competición incluyó otras cuatro finales. Especialmente disputada fue la de K-1, en la que el campeón mundial Tim Brabants certificó el magnífico momento de forma que exhibió durante la competición olímpica. El británico realizó una gran salida y lideró toda la regata, en la que el canadiense Adam Van Koeverden, subcampeón olímpico de Atenas, fue segundo hasta que 'pinchó' tras superar la mitad del recorrido, justo cuando el noruego Erik Veraas Larsen, oro en Atenas, inició su remontada. En una competición tan igualada entre rivales de tantísima calidad, con los tres medallistas de los últimos Juegos en la final, Brabants no dio opción. Veraas Larsen sacó a relucir su depurada técnica para remontar y sumar plata, su tercera presa olímpica, mientras que el australiano Ken Wallace accede al podio olímpico con la medalla de bronce tras una magistral parcial en los últimos 250 metros.

En K-4, Bielorrusia exhibió todo su potencia en el barco de equipo para proclamarse campeona olímpica, por delante de Eslovaquia, tercera en Atenas, y Alemania, la subcampeona de la última cita olímpica. La final de K-2 sólo permitió a los italianos repetir el podio de la competición griega, aunque en Pekín tuvieron que conformarse con el bronce por detrás de los alemanes, que consiguieron oro y de los daneses, plata.

En C-2, tres potencias centroeuropeas coparon los primeros puestos, con Bielorrusia, Alemania y Hungría en el podio, en el que 'pesaba' la ausencia del campeón magiar Gyorgy Kolonics, fallecido a causa de un infarto el pasado verano. Su compañero Gyorgy Kozmann remó hoy con el joven Tamas Kiss, con el que recogió la medalla de bronce, la misma que alcanzó en Atenas con Kolonics, en memoria del que llevaban brazalete negro.
 

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