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El Gobierno recurre a los mercados de deuda para mantener la protección social

El Gobierno continúa lanzando mensajes de aumento del gasto público, a pesar de que se ha gastado 22.000 millones de euros en los últimos nueve meses.De la Vega garantiza que crecerán las prestaciones y las pensiones y para ello el Gobierno sólo tiene dos opciones en un entorno de crisis de liquidez: o sube los impuestos (lo que terminaría de hundir las economías familiares y las cuentas de las empresas) o emite deuda pública, cuya solvencia está en mínimos históricos desde la entrada en el euro. Eso sí, Solbes asegura que España “saldrá fortalecida” de la crisis.

Solbes: España saldrá "fortalecida"
Riesgos para la banca española
El Gobierno continúa lanzando mensajes de aumento del gasto público, a pesar de que se ha gastado 22.000 millones de euros en los últimos nueve meses.De la Vega garantiza que crecerán las prestaciones y las pensiones y para ello el Gobierno sólo tiene dos opciones en un entorno de crisis de liquidez: o sube los impuestos (lo que terminaría de hundir las economías familiares y las cuentas de las empresas) o emite deuda pública, cuya solvencia está en mínimos históricos desde la entrada en el euro. Eso sí, Solbes asegura que España “saldrá fortalecida” de la crisis.
LD (L. Ramírez) El Gobierno ya no tiene dinero en las arcas del Estado para hacer frente a los efectos económicos de la crisis. Las promesas electorales y el error de cálculo del Ministerio de Economía y Hacienda a la hora de determinar los ingresos tributarios en los pasados Presupuestos Generales han esquilmado la caja pública. Pero el Ejecutivo no está dispuesto a apretarse el cinturón: seguirá aumentando el gasto público por encima del crecimiento del PIB previsto para 2009.
 
Así lo aseguró hoy la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández De la Vega, durante el inicio del nuevo periodo de sesiones en el Senado, donde explicó que, aunque la coyuntura actual es “desfavorable”, el Ejecutivo “no dará ni un paso atrás en compromiso social”. Es decir, que aunque la caja del Estado esté vacía seguirá aumentando el gasto.
 
Incluso, la vicepresidenta insinuó que las propuestas para salir de la crisis que no parten desde las filas gubernamentales reducirán las libertades de los individuos, al afirmar que “ahora lo que está en juego es si se sale de las situaciones difíciles perdiendo derechos laborales y sociales”, o si se sale fortalecido en posición de avanzar.
 
Lo que no dijo De la Vega es que estos derechos sociales y laborales tienen un coste que, al final, pagan los ciudadanos y las empresas que son, en definitiva, quienes prestan parte de su dinero al Estado para que el Gobierno de turno lo distribuya.
 
A este respecto, proclamó que el PSOE “no va a permitir” la merma de derechos “porque la prioridad del Gobierno es el empleo y el diálogo social”. A pesar de que España lidera el crecimiento del paro en el mundo desarrollado, con una tasa del 11 por ciento según la OCDE; que la Comisión Europea sitúa ya a España en recesión económica, que los precios crecen un punto más que en la eurozona, y que las previsiones manifestadas por el vicepresidente económico, Pedro Solbes, apuntan a una recuperación que no llegará al menos, hasta el fin de 2009.
 
Además, y en materia de diálogo social, el Ejecutivo desoye las peticiones del Banco de España, que reclaman una flexibilización del mercado de trabajo a través de una reforma laboral que permita reducir el paro. Una opción que, según el organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez, es indispensable para reducir la carga a las empresas y apostar por la creación de empresas. Algo que, contra todo pronóstico, no plantea ni siquiera la patronal CEOE en el marco del diálogo social.
 
Aumenta el gasto por encima del PIB
 
De momento,  y según las erráticas estimaciones del Gobierno, la economía crecerá un 1 por ciento el próximo año, mientras que el gasto público en los próximos Presupuestos crecerá un 4,5 por ciento.
 
Como en lo que va de año ya se han gastado 22.000 millones de euros, situando el déficit en el entorno de los 10.000 millones de euros -lo que equivale al 0,9 por ciento del PIB y provoca el incumplimiento de la Ley de Estabilidad- el Ejecutivo sólo tiene dos opciones para incrementar los ingresos: o sube los impuestos (tal como avanzó LD) o emite deuda en el peor momento para hacerlo.
 
Sin embargo, Solbes no está preocupado por la situación. Primero negaba la crisis, luego defendió que el déficit fiscal “no era importante” y puso en el objetivo de la política económica no aumentar la deuda pública. Ahora afirma que España “saldrá fortalecida” de la recesión y da marcha atrás en su análisis sobre la conveniencia de aumentar el endeudamiento.
 
Como muestra un botón: el Tesoro amplia un 20 por ciento sus expectativas de emisión de deuda en 2008, pasando así de los 28.800 millones de euros inicialmente previstos para el conjunto del ejercicio hasta los 34.672 millones que ya ha emitido la institución en lo que va de año, confirmaron este martes a Europa Press en fuentes del Ministerio de Economía.
 
Así, explicaron que, tal y como demuestran los últimos datos de ejecución presupuestaria, los ingresos del Estado "han sido peores" de lo esperado por el Ejecutivo presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, lo que ha obligado a emitir más deuda de lo previsto inicialmente. 

Las mismas fuentes admitieron que el Tesoro tiene pendientes más emisiones de deuda en 2008, aunque aseguraron que habrá que esperar a que el organismo adscrito al Ministerio de Economía comunique oficialmente lo que emitirá durante el último trimestre del ejercicio para sacar conclusiones.
La última emisión del Tesoro, por valor de 3.000 millones de euros, tuvo lugar este mismo mes de septiembre y se materializó en bonos a quince años con cupón 4,80 por ciento y vencimiento el 31 de enero de 2024.
La deuda española no es atractiva
 
Pero para vender deuda primero hay que encontrar comprador, algo que, en la actualidad es díficil. Y es que la crisis ha elevado la prima de riesgo de España al máximo desde la llegada del euro. La oleada de datos económicos que sacudió la economía durante el pasado mes de agosto ha hundido la confianza de los inversores internacionales en la deuda española.
 
Hace tan sólo cuatro años, los mercados otorgaban una solvencia a España superior a la alemana, que sirve de referencia europea. Ahora, los bonos del Estado españoles no son atractivos, justo cuando el Gobierno quiere obtener fondos en este mercado.
 
Y es que el interés que se exige ahora para comprar esos bonos es del 4,5 por ciento, medio punto más que el bono alemán. La causa estriba en la desconfianza de los inversores internacionales en la gestión del Gobierno y en el uso de los fondos del Estado, ya que en los últimos meses los indicadores que determinan este grado de percepción de solvencia en las finanzas públicas españolas se ha hundido.
 
Como señala el profesor del IESE, Eduardo Martínez Abascal, “el crecimiento ha bajado más rápido en España que en otros países, y lo que miran los inversores es la tendencia, no el dato absoluto”.
 

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