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Tom Boonen se apunta en Zamora su segundo triunfo en la Vuelta

El belga Tom Boonen, del Quick Step, ha conseguido al esprint su segundo triunfo en la presente edición de la Vuelta a España al imponerse en la decimosexta etapa, de 186 kilómetros entre Ponferrada y Zamora, marcada por un ritmo 'caracol' que ha supuesto un retraso de más de una hora. Así, el pelotón se ha dedicado al descanso activo y el líder, Alberto Contador, a curarse de sus heridas en la pierna.

El belga Tom Boonen, del Quick Step, ha conseguido al esprint su segundo triunfo en la presente edición de la Vuelta a España al imponerse en la decimosexta etapa, de 186 kilómetros entre Ponferrada y Zamora, marcada por un ritmo 'caracol' que ha supuesto un retraso de más de una hora. Así, el pelotón se ha dedicado al descanso activo y el líder, Alberto Contador, a curarse de sus heridas en la pierna.

L D (EFE) Boonen, que no estuvo presente en el Tour de Francia por sus deslices con la cocaína, ha encontrado en la Vuelta su bálsamo de esta temporada, en la que acumula catorce victorias. En Zamora se anotaba el segundo éxito tras el conseguido en Córdoba. Alzó los brazos con un tiempo de cinco horas, 21 minutos y 16 segundos, a una media de 34 kilómetros por hora, por delante del italiano Filippo Pozzato (Liquigas) y del alemán Heinrich Haussler (Gerolsteiner). El español Koldo Fernández se metía en la pomada y terminaba sexto. El ciclista flamenco, un 'clasicómano' de auténtico tronío con dos Vueltas a Flandes y otros dos París-Roubaix en su excelso palmarés, además del Mundial 2005, ha vuelto a demostrar su poderío en un momento oportuno, ideal para adquirir confianza y mandar un mensaje de su estado de forma ante el Mundial de Varese. Ha ganado y ha anunciado que se marcha a casa, a preparar su asalto al maillot arco iris.

Contador pasó un día estupendo. Con la ley del mínimo esfuerzo guardó el maillot oro en su camino triunfal hacia Madrid. Su compañero Levi Leipheimer le sigue a 1:17 minutos, mientras que Carlos Sastre es tercero, a 3:41. La próxima estación para los favoritos es Navacerrada.

El pelotón debe estar ya para sopitas tras las etapas asturianas, a juzgar por el talante exhibido en esta jornada por Castilla y León. Nada más perder en el horizonte el castillo templario de Ponferrada, sin el concurso del italiano Damiano Cunego, ya en casa, los 145 supervivientes de la Vuelta afrontaron todo un puerto de primera, el Alto del Acebo. Para qué alterarse con el desayuno en el estómago. Los esforzados de la ruta -en este caso un decir-, invirtieron una hora es su ascenso. Ganas de dar pedales, cero. Día de cicloturismo de lujo, con un pelotón de profesionales dispuestos a recobrar fuerzas en un peregrinaje por la Ruta de la Plata. Eso sí, algunos peregrinos a pie les adelantaron. En la segunda hora de etapa cubrieron 28 kilómetros, y en la tercera 31.

Una jornada "clave" para recuperar a la decaída afición al ciclismo, y para el fomento de la siesta. ¿Una protesta? "No eso es una tontería, simplemente hoy se lo están tomando con tranquilidad, decía el director de la Vuelta, Víctor Cordero, en plena carrera. Los corredores aseguraron en meta que, aunque no les gustó el final de etapa en Ponferrada, con el alto del Lombillo, ni empezar la etapa con un puerto de primera (El Acebo), no hubo ningún acuerdo para bajar los pedales. "Simplemente que no siempre podemos ir a 50 por hora", dijeron algunos.

Algunos mostraron más ilusión como es el caso de Jesús Rosendo (Andalucía Cajasur), farolillo rojo en la pasada edición, y el colombiano Walter Pedraza (Tinkoff). Se fueron juntos en el kilómetro 24 y se despidieron ante la llegada de la marabunta a ocho kilómetros de meta. A pesar del ritmo reumático del pelotón, la fuga tampoco se desmadró demasiado. La máxima diferencia fue de ocho minutos, pero luego se mantuvo a raya en torno a los dos. Era día de descanso, pero la victoria no se iba a regalar.

El Quick Step puso el despertador a 10 kilómetros de meta. Empezaba la etapa de verdad, ya a más de 60 por hora en las calles zamoranas. Pelotón en fila india. El Liquigas y el Euskaltel asomando en posiciones de vanguardia, y Paolo Bettini, atento. Llegó la tensión y el nerviosismo propios del ciclismo en trámites de un esprint. El tren del equipo belga funcionó a satisfacción. Boonen apareció con su enorme figura en la línea de meta, implacable, para ganar su segunda etapa en esta edición, la cuarta de su equipo. En la carrera que se disputó a ritmo de caracol y finalizó al del "guepardo". Y ahí el corredor flamenco no perdona.

La decimoséptima etapa de la Vuelta se disputará entre Zamora y Valladolid, con un recorrido llano de 148,2 kilómetros. Otra jornada para el descanso activo, incluso para los esprinters.

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