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Málaga, en alerta máxima por la sequía

O llueve pronto en Málaga, o en noviembre la empresa municipal EMASA deberá afrontar cortes de agua a los ciudadanos. Esta es la dramática situación que ya se está viviendo en la provincia de Málaga. Según el gerente de la empresa municipal de aguas, la situación por la que atraviesa la capital malagueña es crítica y "no queremos esperar más para empezar a valorar las posibles soluciones técnicas que se tendrán que poner en marcha a principios de año si no llueve en los próximos meses".

O llueve pronto en Málaga, o en noviembre la empresa municipal EMASA deberá afrontar cortes de agua a los ciudadanos. Esta es la dramática situación que ya se está viviendo en la provincia de Málaga. Según el gerente de la empresa municipal de aguas, la situación por la que atraviesa la capital malagueña es crítica y "no queremos esperar más para empezar a valorar las posibles soluciones técnicas que se tendrán que poner en marcha a principios de año si no llueve en los próximos meses".
L D (Pedro de Tena) Cuatro años continuados de sequía recuerdan a los malagueños aquella otra sequía de 1995 que no llegó a convertirse en tragedia debido a las fuertes lluvias que cayeron durante 40 días justo en el momento de máximo peligro. Entonces, la capital de la provincia sufrió cortes de agua de hasta 12 horas diarias de duración. Málaga entra en alerta máxima el próximo mes de octubre. Hace unos meses, Emasa pidió a la desesperada un trasvase intraandaluz del río Guadiaro, pero nada se ha hecho hasta el momento.  Y el Plan Hidrológico Nacional, que resolvía en buena parte los problemas de abastecimiento de Málaga, fue desechado por el PSOE.
 
Cuenta hoy El País que "desde 2005, las precipitaciones han sido un 50% inferiores a la media, y los pantanos están exhaustos pese a las limitaciones al consumo impuestas por el Decreto de Sequía de 2005, elaborado por la Cuenca Mediterránea Andaluza. La situación es de tal gravedad que la empresa municipal de aguas de Málaga (Emasa) solicitará el próximo día 26 el paso al máximo nivel de alerta contemplado en el plan de emergencia municipal. Esto supondrá comenzar con las restricciones si durante el otoño no llueve."
 
Los primeros cortes llegarían en enero, y afectarían en primer lugar a los grandes consumidores, como industrias y centros escolares, especialmente en horario nocturno. Las restricciones se ampliarían posteriormente a hogares y a pequeños consumidores. Emasa reclama nuevas infraestructuras "para aumentar los recursos disponibles" de la ciudad, que tiene 561.000 habitantes censados. "Es poco políticamente correcto decirlo, pero es necesaria una conducción entre el río Guadiaro y Málaga. Son 60 kilómetros de tubería, pero la mitad, desde el Río Verde hasta Málaga, ya está construida, y permitiría traer 60 hectómetros cúbicos anuales a un precio 16 veces inferior al del agua de una desaladora", dice. Además, pide a la Junta que permita a Emasa extraer agua de unos pozos en la ribera del Guadalhorce.
 
La reducción de la presión del suministro de caudal de abastecimiento durante ocho horas diarias o el corte total del mismo son algunas de las medidas que contempla el plan de emergencia para el nivel extraordinario en el que la capital está a punto de entrar. También Emasa podría obligar a los centros y edificios públicos, colegios e instalaciones deportivas a reducir el consumo en un 15% con relación al gasto medio diario del periodo equivalente al año anterior mediante el corte del suministro entre las 16:00 de la tarde y las 8:00 de la mañana del día siguiente. Si se supera el consumo, estos centros tendrán que pagar además un recargo de un 10% sobre la facturación, mientras que en el caso del resto de usuarios el incremento será del 5%.
 
Según se ha escrito en  Málaga hoy, "las reservas hídricas disponibles no durarán más de seis meses y el comité de sequía de la Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa) propondrá la semana que viene decretar el nivel máximo de alerta ante la falta de lluvias que arrastra la ciudad desde hace cuatro años. Hasta ahora la capital se encontraba en el llamado nivel de emergencia, según el Plan de Emergencia ante la Situación Excepcional de Sequía (PAES) que el Ayuntamiento de Málaga elaboró en 2005 al comienzo de la sequía, al disponer recursos hídricos suficientes para abastecer a la población de la ciudad durante unos diez meses."
 
Con los escasos 55 hectómetros cúbicos que almacenan estos embalses el abastecimiento sólo está garantizado hasta marzo o abril. Ante esta situación el gerente de Emasa, José Luis Rodríguez, adelantó al citado periódico que el comité de sequía de la empresa municipal se reunirá la semana que viene para proponer pasar al nivel máximo de alerta o extraordinario contemplado en el PAES y que establece restricciones de agua a la población cuando las reservas hídricas disponibles sólo permiten garantizar el abastecimiento para seis meses.
 
Las comunidades de vecinos también estarán obligadas a reducir el volumen de agua utilizable en los aljibes mediante la colocación de sondas o flotadores para que el volumen por vivienda no supere los cien litros diarios. La Cuenca Mediterránea Andaluza también admitió la posibilidad de que en los próximos meses haya que aplicar restricciones en el consumo de agua en Málaga capital y los seis municipios de la comarca del Guadalhorce más afectados por la sequía.
 
Según este diario malagueño, "el plan de emergencia contra la sequía de Málaga que Emasa está aplicando para hacer frente a esta situación nunca llegó a ser aprobado por la Cuenca Mediterránea Andaluza a pesar de que el decreto de sequía, que entró en vigor en noviembre de 2005, obligaba a todos los municipios malagueños afectados por la sequía a ponerlo en marcha en el plazo de tres meses. En él también se incluía la posibilidad de traer agua en barco en caso de que fuera necesario."
 
Ahora es preciso recordar que hace unos meses, en abril, en menos de un día el pantano de La Concepción de Marbella desembalsó la misma cantidad de agua que Málaga capital consume durante un mes. Unos cuatro hectómetros cúbicos hubo que desaguar de la presa que abastece a la Costa del Sol occidental ante el riesgo de desbordamiento que existía. Era la segunda vez que se abren las compuertas de este embalse en poco más de un año

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