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La Fiscalía pide que no se aplique la doctrina del 11-M a los presos de la "Operación Nova"

La sentencia del 11-M, además de dejar la masacre sin autoría intelectual, estableció que para condenar a un terrorista es necesario, además de acreditar su ideología extremista, probar su intención de atentar. Una doctrina que ahora podría suponer la excarcelación de los imputados por la Operación Nova, pendientes de que el Supremo resuelva sus recursos. Para evitarlo, la Fiscalía ha pedido al tribunal, según revela El Mundo, que pueda condenarse a radicales islamistas que no hayan aún "pasado a la acción" en una especie de decisión judicial preventiva que serviría para salvar el proceso, ya desactivado en parte tras la sentencia de la Audiencia Nacional.

María Teresa Campos acorrala a Casquero
La sentencia del 11-M, además de dejar la masacre sin autoría intelectual, estableció que para condenar a un terrorista es necesario, además de acreditar su ideología extremista, probar su intención de atentar. Una doctrina que ahora podría suponer la excarcelación de los imputados por la Operación Nova, pendientes de que el Supremo resuelva sus recursos. Para evitarlo, la Fiscalía ha pedido al tribunal, según revela El Mundo, que pueda condenarse a radicales islamistas que no hayan aún "pasado a la acción" en una especie de decisión judicial preventiva que serviría para salvar el proceso, ya desactivado en parte tras la sentencia de la Audiencia Nacional.
(Libertad Digital) La periodista de El Mundo María Peral recoge este sábado los peculiares argumentos de la Fiscalía para evitar la excarcelación de los 20 islamistas que fueron condenados en el marco de la "Operación Nova" por la Audiencia Nacional, que dejó libre a otros diez y desmontó en parte las tesis de Garzón y la Fiscalía.
 
Los islamistas ahora en prisión fueron condenados a un total de 143 años de cárcel. El Supremo debe resolver esta semana los recursos que han presentado contra la decisión de la Audiencia, que dictaminó que constituían un grupo "férreamente adoctrinado" que aún no había pasado a la acción.
 
El problema radica en que otra sentencia del Supremo, la del 11-M, estableció que para acusar a alguien de pertenecer a una organización terrorista no basta con defender ideas radicales, sino que es necesario haber atentado o tener la intención acreditada de hacerlo. Esa doctrina implicó la absolución de procesados como Basel Ghalyoun y o Mouhannad Almallah, según recuerda El Mundo.
 
Por este motivo, y ante la posibilidad de que la Operación Nova termine con la absolución de todos sus implicados por no haber quedado acreditados sus planes de atentar, el fiscal Fernando Sequeros expone en su escrito contra los recursos de los procesados que "puede resultar peligrosísimo" aplicar la doctrina del 11-M en este caso y sentar así jurisprudencia.
 
Aunque admite que los condenados lo han sido por integrar una organización terrorista "eminentemente de carácter teórico en la que parece primar en la captación y comunión de sus miembros", la exigencia de un "principio de acción" para condenas de este tipo "no puede hacerse extensiva", en su opinión, "a otros grupos que, tanto en sí mismo considerados como por razón de los objetivos que persiguen, responden a planteamientos pseudorreligiosos de implantación extraña a nuestra cultura".
 
Sequeros insta así al Supremo a "reflexionar" sobre "las consecuencias imprevisibles de la expansión de aquella doctrina", en alusión a la sentencia del 11-M. "Puede resultar peligrosísima", advierte, "la ampliación de aquel horizonte a otras facciones vinculadas con el terrorismo internacional que nutren sus filas con incondicionales, adoctrinados" en grupos como el que formaría el núcleo de la Operación Nova. Una postura que, como refleja El Mundo, supondría poder condenar "por si acaso" a islamistas radicales.

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