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Blanco no quiere que le llamen Pepiño: "Les gusta recurrir al uso despectivo de mi nombre"

José Blanco, el mismo que ha hecho de las críticas al PP el epicentro de su discurso político, denuncia ahora que a "algunos dirigentes" del principal partido de la oposición les gusta recurrir "al uso despectivo de mi nombre pensando que me hieren". Dice, además, que por defender la gestión del Gobierno en la crisis económica sólo ha recibido insultos "por parte de los populares y de sus palmeros". "Nadie me llama Pepiño salvo ellos", ha lamentado. A Magdalena Álvarez tampoco le gusta que le llamen "maleni".

José Blanco, el mismo que ha hecho de las críticas al PP el epicentro de su discurso político, denuncia ahora que a "algunos dirigentes" del principal partido de la oposición les gusta recurrir "al uso despectivo de mi nombre pensando que me hieren". Dice, además, que por defender la gestión del Gobierno en la crisis económica sólo ha recibido insultos "por parte de los populares y de sus palmeros". "Nadie me llama Pepiño salvo ellos", ha lamentado. A Magdalena Álvarez tampoco le gusta que le llamen "maleni".
(Libertad Digital) En el mismo post en el que vuelve a criticar al PP con todo tipo de descalificativos, José Blanco hace uso de su blog para criticar los insultos que, a su juicio, le dedican "algunos dirigentes y palmeros" del principal partido de la oposición. "Cuando he pedido al PP que dejara de poner en duda el valor de nuestros empresarios y trabajadores y arrimara el hombro, no para apoyar al Gobierno sino para apoyar a España, sólo he recibido insultos", lamenta.
 
En opinión del vicesecretario general del PSOE, los populares "sólo emplean el insulto" y lo hacen "siempre con la prepotencia del que se cree superior y, por ello, te mira por encima del hombro".

"Eso ha hecho McCain en el último debate al referirse a Obama como ese (that one) una fórmula despectiva para dirigirse a alguien", continúa. En el caso de España, agrega, "a algunos dirigentes del PP les gusta recurrir al uso despectivo de mi nombre pensando que me hieren, no lo consiguen porque no ofende quien quiere sino quien puede".
 
Según advierte, nadie le llama así "salvo a ellos" pero "deben saber que provoca el efecto contrario entre los que, con independencia de sus ideas políticas, saben que utilizan el gallego y el diminutivo con el desprecio que siempre lo han hecho los señoritos en el casino provinciano".
 
Además amenaza: "voy a seguir defendiendo firmemente mis ideas y criticando lo que me parezca mal con los argumentos que yo creo adecuados. Sin imitarles en el insulto. Y, por supuesto, tampoco me voy a amilanar. Al contrario, me animan más a denunciar con más fuerza a esa derecha rancia, indolente y trasnochada, que, en el fondo, ni ha creído nunca ni cree en España. Este país por el que trabajamos todos, desde las distintas posiciones ideológicas, pero también desde el respeto mutuo que algunos ignoran".

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