(Libertad Digital) El aeropuerto de Córdoba ha permanecido operando más de un mes con vuelos comerciales regulares sin controladores y con el permiso de la Dirección General de la Aviación Civil. Flysur, la única aerolínea que comercializaba vuelos, decidió súbitamente el jueves noche cesar todas sus actividades tras recibir una llamada del diario, después de 36 días volando desde este aeropuerto.
Los aviones de Flysur despegan y aterrizan sin que nadie informe al piloto de cualquier incidente que pueda estar teniendo lugar en la pista. Los dos ATR-42 propiedad de la compañía, de 50 plazas cada uno, son utilizados por la misma para volar a Barcelona, Vigo y Bilbao, en días alternos en los dos últimos casos. Flysur planeaba mantener las frecuencias de vuelo hasta el próximo 31 de diciembre, fecha en la que deseaba aumentar la cantidad de los mismos.
No obstante, los directivos de la compañía decidieron cesar las operaciones hace poco más de 24 horas. Según El Mundo, la cúpula directiva decidió así que era "incompatible" seguir volando a corto plazo debido a "las características actuales del aeropuerto no han ayudado a la actividad de la compañía y sus operaciones, obligándola, cuando las condiciones climatológicas así lo indicaban, a desviar vuelos al aeropuerto de Sevilla", según el comunicado emitido pro la propia compañía.
Todo ello a raíz, según el diario, de la llamada realizada por El Mundo a raíz del conocimiento de la deficitaria situación del aeropuerto de Córdoba. Tras ponerse en contacto con la compañía para conocer el procedimiento de sus pilotos a la hora de aterrizar y despegar, la misma decidió repentinamente y con posterioridad cesar sus operaciones.
De esa manera, pasadas las 22 horas del jueves Flysur emitió un comunicado manifestando su malestar respecto al estado de las obras de acondicionamiento, destinadas a adaptar el aeródromo a vuelos regulares de una línea comercial. En la mañana del viernes la compañía volvió a emitir una nota para aclarar que las operaciones programadas continuarán "con total normalidad" para asegurar el servicio de todos los pasajeros con billete.
Ante dicha situación, Aena protegió una franja horaria que evitase problemas en el despegue o el aterrizaje, pero el remedio definitivo sólo puede ser una torre de control portátil, según palabras del subdelegado del Gobierno en Andalucía. Aena se escuda, sin embargo, en que cuenta con la autorización de Aviación Civil. La Unión Sindical de Controladores Aéreos ya advirtió, sin embargo, a Manuel Bautista, director General de Aviación Civil, del peligro que entrañaba la situación.
El Mundo asegura haber tenido acceso a una carta con fecha del 30 de agosto de 2008 en la que dicho sindicato advertía a Fomento de que el aeropuerto no disponía de recursos necesarios ni procedimientos instrumentales para el despegue y aterrizaje de aviones. Tampoco se disponía, según el texto, de servicio de control ni cobertura de radio suficiente.
Según el Reglamento de Circulación Aérea, el aeropuerto de Córdoba no presta ninguno de los dos servicios de control necesarios para la aviación comercial: un servicio de información de vuelo para pilotos y un servicio de alerta que funciona en caso de pérdida de la aeronave. La OACI, organismo aeronáutico internacional, recomienda que cada vez que haya un plan de vuelo comercial regular, éste sea controlado de manera instrumental. Esto convierte al aeropuerto de Córdoba en el único español de interés general que opera vuelos regulares sin controladores.