Carmena ha demostrado una vez más no sólo su incapacidad absoluta para gestionar una ciudad como Madrid, sino que los madrileños no le importan lo más mínimo.
Ese es el nivel, y no nos referimos a Rubius o a Torbe, sino a dos profesores universitarios y diputados alumbrados en el sistema mediático del gran capital.
A efectos de competitividad, tener uno de los despidos más caros de la Unión Europea equivale a tener los mayores impuestos o el mayor coste en las materias primas.