Defender la unidad de España es algo mucho más serio que defender una concreta Constitución, que puede cambiarse e incluso derogarse sin que eso tenga que ser ninguna tragedia.
Todo el mundo celebra el gran éxito indudable de la captura de quien se configura como un presunto gran peligro social, pero no es óbice para lamentar los errores cometidos.
Espero que esos profesores que no lo son, esos maestros de la manipulación política, salgan de las aulas. Espero que esos adultos que se valen de su condición profesoral para adoctrinar no vuelvan a enseñar.
La llamada "violencia de género" (se entiende, contra el género femenino) en España acusa una incidencia menor que en la mayor parte de los países europeos.
Pues eso, señores Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias, ya saben cuál es el mejor criterio para elegir candidatos para sus partidos: antes los críticos que los aduladores.
Frente a la inmensa mayoría de los vascos de Cuba, indudablemente patriotas, fueron muy pocos los que apoyaron a los insurgentes. Tan pocos, que causaban sensación.