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Agapito Maestre

Abstención y basura

Se diría que la España política, la nación, no es nada. La España de los políticos está muerta.

La abstención en las próximas elecciones municipales y autonómicas será de más del 40%, según prevén todas las encuestas en las próximas elecciones municipales y autonómicas. Tengo la sensación de que aún crecerá más a medida que se acerque el día de la elección. Mi esperanza es que aumente la desafección ciudadana a votar a estos políticos, porque eso revelaría que queda algo de energía y fuerza moral en un país casi sin pulso. La abstención, tal y como están las cosas, no es fruto del pasotismo y la irresponsabilidad de los ciudadanos, sino que, por el contrario, es la mejor respuesta moral de los españoles contra un sistema político que no da mucho más de sí, al menos, con los partidos políticos actuales. Se diría que la España política, la nación, no es nada. La España de los políticos está muerta.

Pondré un ejemplito que llevará a muchos españoles, en este caso madrileños, a la abstención. Está a la vista de todos. Hoy por hoy, Madrid y suciedad son palabras que van unidas. Los madrileños conviven todos los días con la mugre. Y, además, nadie les da explicaciones de por qué está tan asquerosa y mugrienta la ciudad. Necesitaríamos un gran escritor costumbrista para que nos hiciera la crónica del Madrid más sucio de los últimos treinta años. Contenedores de basura sin recoger hace meses se los encuentra uno en cualquier barrio de Madrid. Hay cientos de calles llenas de escombros y basuras por las que no ha pasado un barrendero hace meses. Barrer y regar las calles es algo que muchos vecinos de Madrid ya no ven hace tiempo. Las hojas caídas de los árboles se acumulan desde el fin del otoño y sospecho que se quedarán ahí hasta el año que viene. Naturalmente, la poda de los árboles es algo que se deja para el próximo año que, como el pasado, se dejó para el actual… Y esto sucede, cosa que mucha gente no sabe, en una de las ciudades más arboladas del mundo.

El estercolero, no exagero, en que se está convirtiendo Madrid es real. Nunca he visto a Madrid tan sucia como en el último año. Esta columna, pues, solo tiene un objetivo. Decirles a los responsables políticos de la limpieza de la ciudad de Madrid que no cumplen con su cometido. No limpian las calles. Todo está sucio e intransitable. Ya es casi imposible pasear por el centro de Madrid sin pisar excrementos, orines de perros y humanos, etcétera. Papeleras y contenedores que no se han recogido hace meses. A veces, parece que transitamos por cualquier lugar horrible y sucio de la América hispana o de la India profunda. La basura persigue a los madrileños entre aceras levantadas, socavones y papeleras rebosando de porquería. Los servicios de limpieza del ayuntamiento no existen. Un barrendero es un lujo al alcance sólo de barrios privilegiados como el de Salamanca. Madrid, sí, se ha convertido en la ciudad más sucia de España, aunque pagamos impuestos más altos que en Nueva York. En este ambiente, por favor, quién tiene ganas de ir a votar. Si a eso le unimos, y no es demagogia, los costes de la última cabalgata de los Reyes Magos, entonces es para exiliarse. Me parece que a nadie en su sano juicio, en una situación económica tan terrible, se le ocurre gastarse, como ha hecho el ayuntamiento de Madrid, más de un millón cien mil euros en la organización de una cabalgata de los Reyes Magos. Un millón y cien mil euros y la basura sin recoger. Vida.

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