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Agapito Maestre

Al margen de la historia

Los socialistas y nacionalistas son los culpables de este cambio de régimen político. Están matando la España constitucional, sin duda alguna, por métodos fraudulentos, pero el PP está lejos de enfrentarse con decisión y determinación a tal asesinato.

Un chiste recorre Madrid: "¿A quién prefieres, a Rajoy o a Gallardón?". No importa lo que respondas, porque quien formula la pregunta ya tiene respuesta: "Ah, entonces, rechazas a Esperanza Aguirre"... No sé si el futuro será de Rajoy o de Ruiz Gallardón. No me importa. De apostar por alguien, por supuesto, lo haría por Esperanza Aguirre. Pero, ahora, hay lo que hay. Sólo me interesa el presente. La política. Dudas y certezas de Rajoy por un lado, y voracidad recaudatoria y ansias de poder de Gallardón por otro. El liderazgo de Rajoy es honrado, serio y decidido, pero tan condescendiente con sus competidores en el interior del partido que, a veces, parece demasiado frágil. Por ejemplo, ¿por qué Rajoy aceptó la línea poco inteligente de su partido de discutir y participar en la Comisión parlamentaria que trataría del mayor problema de España, su desaparición? Esa opción, sin duda alguna, ha contribuido a que millones de españoles queden fuera de juego.

En efecto, el principal problema de la política española es que hay millones de hombres y mujeres al margen de la historia y de la política. No saben lo que está pasando en España. Nadie consigue explicarles que España está al borde del abismo. No se enteran del significado catastrófico del Estatuto de Cataluña para todos los españoles. Nadie, ni siquiera el PP, consigue mostrarles que estamos ante el fin de un régimen político de carácter democrático. Millones de españoles viven aferrados a sus costumbres sin conseguir enterarse de lo que sucede. Sí, por debajo de la rabiosa actualidad, del ruidoso acontecer, que da pasto a los comentarios y columnas de la prensa, siguen millones de seres humanos sin enterarse de que España está al borde de la destrucción como nación.

Los culpables de tal destrucción son conocidos sobradamente, pero ocultan con pericia criminal la operación para que nadie se interponga en su destructivo objetivo. Los socialistas y nacionalistas son los culpables de este cambio de régimen político. Están matando la España constitucional, sin duda alguna, por métodos fraudulentos, pero el PP está lejos de enfrentarse con decisión y determinación a tal asesinato. ¿Por qué? No por indolencia o remisión, sino porque no ha ejercido la oposición con demasiada inteligencia en el tema fundamental de España: el Estatuto de Cataluña y la reforma de la Constitución.

En efecto, ahora, cuando ya está prácticamente aprobado el indigno Estatuto, podemos comprobar que nada ha ganado el PP participando en los debates. Si Aznar con inteligencia y tesón diagnosticó que España estaba en proceso de balcanización, ¿por qué Rajoy participó en una Comisión Constitucional que, por otro lado, quedó deslegitimada con la recogida de firmas para hacer un referéndum contra el Estatuto? ¡No se entiende! Sospecho que tampoco lo entienden millones de españoles.

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